Mostrando entradas con la etiqueta Italia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Italia. Mostrar todas las entradas

15 marzo 2014

Paseos a pie por Roma: Barrio del Pantheón, Plaza Navona y Barrio del Campo de las Flores

Barrio del Panteón:




Desde la Plaza Venezia, tomamos la Via del Corso, dejando a la izquierda los palacios Bonaparte y Doria Pamphili y a la derecha, el Palacio Salviati y el Odesvcalchi.

 Dos pequeñas iglesias enmarcan la pequeña plaza en la que se encuentra el Banco de Roma, son: Santa María in Via Lata y San Marcelo.

Nosotros iremos a la izquierda por Via Pié di Marmo, pasamos por la plaza del Colegio Romano y, más tarde, por la iglesia de Santa María Sopra Minerva, que es la única iglesia gótica de Roma.  

A la iglesia se accede desde la Plaza de la Minerva, que dispone de un preciosos obelisco sobre una estatua de elefante

Continuaremos por la Via de Minerva y torceremos a la derecha por la Via del Seminario hasta la interesante Plaza de San Ignacio, 



dominada por la iglesia dedicada a la adveración de este santo, que tiene unos importantes frescos en sus bóvedas. 

Giraremos alrededor de la Borsa, por la Plaza de Pietra y la Via del Pastini, para girar a la derecha hasta la Plaza Capranica.

Por la Via de Orfani, llegaremos a la Plaza de la Rotonda, con una hermosa fuente en el centro en la que se encuentra el Pantheón.




El Pantheón de Agripa es una de las visitas más impresionantes de Roma por ser el monumento antiguo mejor conservado.  Fue mandado construir por el emperador Adriano en el año 120 y muestra una sorprendente unidad arquitectónica, con una soberbia cúpula con una claraboya de 8 m. de diámetro.  En el interior están  las tumbas de la reina Margarita y, también, los restos mortales del pintor Rafael.  Las puertas de bronce son originales y llevan más de 1.800 años en este lugar.



Por la continuación de la Via del Seminario, nos encontramos con el Palacio Madama.  Al girar hacia la derecha, vemos la iglesia de San Luis de los Franceses, en la que se encuentra tres "Caravaggios": La inspiración, El martirio y La vocación de San Mateo.



Rodearemos el Palacio Madama hasta la Plaza de San Eustaquio.


Plaza Navona





Plaza Navona(***), la más elegante de las plazas barrocas romanas.  Conserva la forma del estadio mandado edificar en el s. I por Domiciano para disputar competiciones de atletismo (los agones).y albergaba hasta 30.000 espectadores.  

En la plaza hay tres magníficas fuentes. En el centro se encuentra la Fontana dei 4 Fiumi, la mejor obra escultórica de Bernini (***).



La Iglesia de San Agnese in Agone, obra de Borromini, cuyo interior (*)  la pena visitar.  En sus subterráneos pueden verse los restos de la iglesia primitiva y del Circo de Domiciano. 


Saldremos por el noroeste, por la Via de Lorenes. En esta calle hay tres iglesias, visitaremos las de Santa María de Anima y, entrando por la Via de la Pace, la iglesia de Santa María de la Pace (*).



En esta iglesia se encuentran las Cuatro Sibilas de Rafael y se recomienda entrar al Chiosco del Bramante, junto a la iglesia, un claustro monumental construido por Donato Bramante, el más influyente del Renacimiento italiano.

Regresaremos por Vicolo de Volpe, hasta la Via de Coronari (*) llena de anticuarios, que recorreremos entera, hacia la izquierda.  Al fondo de la misma se encuentran los siguientes palacios : Alberini y Niccolini Amici.  No dejar de acercarse al Arco de Banchi, también en este punto del mapa.



Tomamos hacia la izquierda, pasando por el Palacio del Banco di Santo Espirito.  Vistas desde la plaza.  Regresamos hacia Navona por la Via dei Banchi  hasta la Plaza de Orologio (con una interesante Madona (*) en uno de sus edificios, desde la que  Rodearemos el Oratorio e Palazzo de Filippini, para contemplar su fachada sobre la Plaza de la Chiesa Nuova (*) y la Chiesa Nuova (*).  Continuaremos por la Nuovi Via del Governo Vecchio (*), con un sinfín de tiendas "vintage y un restaurante recomendado, Baffeto, en el nº 114.

En la Plaza di Pasquino, se encuentra la primera de las llamadas "6 estatuas parlantes", un grupo de esculturas repartidas por toda la ciudad, muchas de ellas de la época romana, a cuyos pies los romanos tomaron la costumbre de dejar notas escritas anónimas con críticas a las autoridades.  La tradición data del siglo XVI. Aún los romanos dejan a sus pies "pasquinates", escritos anónimos, con feroces críticas al Ayuntamiento y al Gobierno.

A continuación, iremos a San Pantaleo y rodearemos el Palazzo Massimo y, también, el Palazzo Brasci (*).


Barrio del Campo de Flores

Desde la Plaza de San Pantaleo, continuamos por el Corso Vittorio hasta la Plaza de San Andrea di Valle y su iglesia (*), con una magnífica cúpula (**) y ábside (*).  Giramos a la derecha nada más pasar la iglesia para seguir la Via del Sudario, con el Palacio Vidoni, hasta las ruinas del Área Sacra del Lago Argentina (**), que rodearemos por la derecha para, después, tomar el Corso Emanuele II hasta la Plaza del Gesú. 

La iglesia del Gesú (***), la primera iglesia jesuita de Roma fundada por San Ignacio en el s. XVI, con una magnífica capilla de San Ignacio de Loyola (***).

Salimos de la Plaza en dirección al sur para bordear el Palacio Mattei, hacia la derecha, para llegar a la Fuente de las Tortugas (*).  Continuar por la Via de San Ambroggio (en el nº 4 hay un bar-discoteca de lo más alternativo) hasta el Palacio Cenci, que también bordearemos.  Por Via Arenula, regresamos hasta encontrar la Via del Giubbonari, que seguiremos hacia la derecha, abandonándola en breve para , a la derecha, visitar la Cappella  del Monte de Piedad (*).  Regresando a Giubbonari, pronto estaremos en la Plaza del Campo de Flores (*).




La plaza es una de las más agradables de la ciudad y debe su nombre a las flores que antaño adornaban la plaza en la que se ejecutaban las penas capitales en la antigüedad.  La estatua del filósofo Giordano Bruno, quemado en esta misma plaza en 1600, preside el lugar.  Por la mañana es un mercado y los habituales desayunan en la Taverna del campo (nº 16).  De noche, se reúnen aquí los jóvenes en los numerosos bares y locales de la zona.

Al fondo de la plaza, a la derecha, podremos admirar el Palacio de la Cancillería (**) y, a la izquierda, se esconde otro rincón exquisito, la plaza (**) y el Palacio renacentista de la familia Farnese (***), del que merece la pena visitar los frescos de la Gran Galería (***)

No olvides repasar la historia del arte de la ciudad eterna en este link:

http://blogdeviajesviajaryaprender.blogspot.com.es/2014/02/roma.html

Podrás seguir otros paseos por Roma en los siguientes links:

http://blogdeviajesviajaryaprender.blogspot.com.es/2014/02/paseos-por-roma-el-coliseo-los-foros.html

http://blogdeviajesviajaryaprender.blogspot.com.es/2014/02/paseos-por-roma-san-juan-de-letran.html

09 febrero 2014

Roma, Historia del Arte en la Ciudad Eterna

Hasta ahora me había resistido a escribir sobre Roma.  La razón fundamental de esta resistencia no es más que el respeto que me produce tanta historia, tanta arquitectura, tantas cosas que ver y contar… como hay en Roma.  Es muy difícil discernir por dónde empezar, qué destacar, qué obviar… en un post de este blog que, por definición, debe ser concreto, acertado, ameno y debe añadir valor al viajero en su  visita a esta ciudad de la que tantos libros, guías, blogs,… existen.

No pretendo competir con toda esa parafernalia gráfica y escrita que a lo largo de los siglos ha contribuido a convertir a Roma en el destino mítico de todo viajero, solo pretendo aportar algunas referencias sobre cómo moverse entre las maravillas que se encuentran en la ciudad y aportar algunas modestas referencias para no perderse lo esencial de Roma.



Roma no ha sido edificada con el rigor napoleónico, la geometría de un Herrera o la fe de las abadías medievales, pero es una forjadora de mitos, un museo monumental, una ciudad dinámica, cálida, radiante de belleza, donde muchos inspiradores de la humanidad han deseado llegar al fin del mundo. Se dice que Roma es una ciudad desordenada, sin lógica y sin mística.  Toda la ciudad tiene su alma.  No se visita la Ciudad Eterna como un "cuadro", hay que saborear todo lo que ofrece: una cacofonía de épocas, de resonancias, de sorpresas, de colores.  Un maremagnum de fragmentos sublimes, puntuales, que componen, en definitiva, un cuadro impresionista, hecho de historias y culturas.

El Nacimiento de una Civilización

Su desarrollo como ciudad tiene lugar durante 3.000 años, en círculos cada mas amplios, entorno a una piedra arrojada al agua.  Esta piedra es la Isola Tiberina, en mitad del río Tíber. Una mañana de abril del año 753 a.d.C., Rómulo dibuja un trazado de fortificaciones en forma de trapecio al sur de la isla, aunque los historiadores lo llamen la "Roma Cuadrata". Rómulo comienza por matar a su hermano gemelo Remo, los "sudistas" aprenden a revelarse contra los "nordestes" y sus hijos controlan enseguida el Septimonio, la Confederación de las Siete Colinas: Palatino, Cirinal, Liminal, Esquilino, Celio, Aventino y Capitolio.  Los vecinos del Septimonio, raptarán enseguida a las vecinas sabinas, al tiempo que deciden la suerte de Alba la Longa (capital de la Liga Latina) en el combate incruento entre los Horacios y Curacios.

"Ruma", en lengua etrusca, significa "Ciudad de los Etruscos".  Su primera plaza pública, el Forum, fue el corazón de un reino etrusco instalado al sur del Tíber. El Foro, estaba rodeado de muros de ladrillo, templos, archivos del estado, corredores gigantes como la Cloaca Maxima, … obras grandiosas que unos pastores primitivos como eran los convecinos de Rómulo, no hubieran nunca podido conseguir si no se llegan a aliar rápidamente con los habitantes de los territorios anexionados en sus hazañas y negociaciones.



En 3 siglos, la ciudad se desarrolló mucho y dio origen a una nueva civilización en la que la fuerza bruta no reina ya por sí misma y se soporta por el espíritu de las leyes y una sorprendente diplomacia. En el 509 a.d.C. la monarquía etrusca termina y se funda la República.

En el primer siglo de nuestra era, Augusto, el creador del Imperio Romano,  reemplaza el ladrillo por el mármol y la ciudad adquiere una enorme suntuosidad.  De esta época es el Coliseo levantado por la dinastía de los Flavios, un anfiteatro oval de proporciones gigantescas, al tener 188 X 156 m. La parte más elevada alcanza los 54 m. Se superponen tres hileras de arcadas de estilo dórico, jónico y corintio.  Aunque despojado de sus mármoles, el Coliseo todavía ofrece una estampa muy espectacular.  En el se celebraban combates de gladiadores y solemnes fiestas.  Sacudido por terremotos, transformado en fortaleza, saqueado por ladrones de piedras, el Coliseo ha perdido sus graderíos en los que tenían cabida 50.000 espectadores.




Para conmemorar sus hazañas, los 

emperadores romanos hacían levantar arcos de triunfo en el Foro, bajo los que desfilaban las legiones victoriosas.  Uno de los más característicos entre los que se conservan son el de Septimio Severo que se encuentra en el recinto del Foro, entre las tres grandes columnas corintias del Templo de Vespasiano y las ocho columnas de granito del Templo de Saturno. 

Otro es el Arco de Constantino, al lado del Capitolio, con sus columnas de mármol blanco, sus frisos esculpidos y sus medallones que representan escenas de caza o sacrificios.



Aunque no se conservan los mármoles, el esqueleto de la Roma primitiva se puede observar desde la terraza balcón que hay entre la Vía Imperial y la Via Sacra.  La vista desde este punto del Palatino, nos permite hacernos una buena idea de la ciudad romana en pleno apogeo, en el siglo I.  Nos imaginamos, pues, una ciudad de dos millones de habitantes, dividida en catorce distritos con barrios de negocios, palacios de Justicia, cuarteles, templos, lonjas, iluminación nocturna, tabernas, lupanares, calles elegantes, suburbios, atascos de carros, …



En cuanto a escultura romana, en el museo del Capitolio se encuentra la estatua colosal del Océano que data del primer siglo a.d.C., también en el Capitolio se encuentra el Palacio de los Conservadores que alberga la Loba de bronce original del s. V a.d.C, el símbolo de Roma y de la Latinidad.  En el centro de la plaza, se levanta la estatua de Marco Aurelio, del s. II d.d.C.

En la piazza della Rotonda se encuentra el Panteón, el templo mejor conservado de la antigua Roma, en su interior impresiona la enorme bóveda que corona el edificio dejando pasar la luz del día al interior.





El Imperio Romano se hace cristiano

Mientras los cristianos son clandestinos, excavan las catacumbas para refugiarse de las persecuciones del Imperio.  En el año 312 d.d.C., el Imperio romano se hace cristiano y, entonces los cristianos empiezan a influir fuertemente en la construcción de iglesias de culto en la ciudad.


El trapecio de las cuatro grandes basílicas que datan de la época del Emperador Constantino (San Pedro, Santa María la Mayor, San Pablo Extramuros y San Juan de Letrán) reemplaza, tan pronto como el Imperio se ha convertido en cristiano, al trapecio de Rómulo (la Roma Cuadrata).

En suma, los papas suceden a los emperadores, que habían sucedido a los cónsules, los cuales habían sucedido a los siete primeros reyes de la ciudad.  Los catorce barrios de la Roma actual no hacen más que recubrir los catorce viejos barrios de los Césares.  A modo de ejemplo de cómo se superponían estas culturas, la basílica de San Pedro está asentada sobre el santuario de Constantino, el cual, a su vez, estaba asentado sobre la Necrópolis dedicada a Júpiter y la iglesia de San Clemente oculta un santuario de Mitra.

En 536, Bizancio se hace cargo de la Provincia y Roma entra en una larga noche de la que no saldrá hasta el siglo XVI.  En esta época, Bizancio construye la basílica de San Lorenzo Extramuros y la iglesia de Santa Inés Extramuros.

El arquetipo de estilo románico aparece en el año 1.140, en el barrio popular del Transtévere, con la iglesia de Santa María in Transtévere, decorada al exterior con pinturas y mosaicos dorados.  Esto sucedía en el campo, ya que entonces en Roma había más oveja que habitantes ya que su población apenas contaba con 15.000 almas.

El Renacimiento o el Arte por el Arte

El Renacimiento llega a Roma más tarde que a Florencia.  El Renacimiento en Roma no dispone de más de un siglo ya que se verá truncado, al menos por espíritu,  por el saqueo de la ciudad en 1527 y, sobre todo, por Lutero que desencadena la contrarreforma.


En esta época brillan las personalidades y estilos de Rafael y Miguel-Ángel. La máxima expresión del Renacimiento se encuentra en lo alto de una impresionante escalera, tras la severa fachada romano-gótica de la iglesia de Santa María in Aracoli, en sus frescos y tumbas s del s. XVI. Pero, sobre todo, renacimiento es la Piazza del Campodidoglio (plaza del Capitolio), obra maestra de Miguel Ángel.  Se trata de una compleja plaza romana en la que, como dijimos anteriormente, se encuentra el Palacio de los Conservadores que alberga la Loba Capitolina.  En el centro de la plaza, la estatua de Marco Aurelio y además, destacan: la fuente y la escalera de doble vuelta que rodea el Palacio del Senador.  



Cerca se encuentra la armoniosa casa-logia de los Caballeros de Rodas, así como El Moisés esculpido por Miguel-Ángel para la tumba de Julio II.

El Renacimiento jalona la ciudad de joyas incomparables, que contribuyen a hacer de Roma una ciudad  única en el mundo: la vía Julia, la vía Sixtina y las iglesias de Santa María del Popolo, Sant´Agostino, Santa María Sopra Minerva, Santa María di Loreto, San Marcos, Santa María de la Pace y el Tempietto.

También de esta época son el Palacio Farnesio, el Palacio de la Farnesina, de la Cancillería y el Castillo de Sant´Angelo.

Para admirar más esta Roma renacentista, vayamos al Vaticano. Para convencerse de ello basta con visitar los apartamentos Borgia, la Capilla de Fra Angélico, las Cámaras y Logias de Rafael, la Capilla Sixtina con su Juicio Final.  San Pedro es la joya del mayor museo renacentista del mundo y en ella colaboraron: el arquitecto Bramente, Rafael y Miguel Ángel.  



El "Arte por el Arte" del Renacimiento se conserva en el Vaticano.  Miguel Ángel dota a la basílica de San Pedro de dos obras maestras bien diferentes, una es escultórica y está realizada al comienzo de su prodigiosa carrera, La Pietá;  la otra, es monumental, y se trata de la grandiosa cúpula.  

El Barroco:

Para enfrentarse al protestantismo, por demostrar que es la capital mundial de la cristiandad, Roma, si es preciso, seducirá más por sus riquezas y por sus decorados que por su fe.

Con el paso del Renacimiento al barroco, pasamos iguale del edificio monumental a las calles y plazas. Bernini, Borromini, Maderno… multiplican las fuentes, las pilas, los angelotes, los neptunos y las ninfas.  Vuelven las suntuosidades de los césares, pero añadiendo siempre algo de desmesurado, lo que constituye precisamente el barroco.  

A la majestad renacentista de las grandes arterias rectas de Julio II y de Sixto V, el plan de urbanismo del barroco añade las perspectivas, las columnatas, las figuras alegóricas…  La piazza Navona ofrece una perfecta muestra de lo que es el arte barroco.  Su disposición escénica respeta la forma del antiguo estadio de Domiciano, pero añadiendo la nota fantástica de las figuras alegóricas gigantes, que representan los ríos y los dioses marinos. 


El triunfo del estilo barroco, la monumental fuente de Trevi es el más espectacular de los innumerables estanques que animan las plazas y los rincones de Roma.  



En la piazza di Spagna, tras la fuente de la Barcaccia, se levanta una escalera rococó, sobre la que tiene lugar el mercado de las flores, que conduce a un obelisco y a la iglesia francesa de la Trinitá dei Monti.



La cuadruple columnata elíptica de la plaza de San Pedro, diseñada por Bernini, parece diseñada para acoger a las muchedumbres llegadas de todo el mundo, como sucede cada domingo en las intervenciones del Papa, desde la ventana de los palacios, desde la que imparte su bendición.



Grandes ejemplos de barroco encontramos en la basílica de Santa María la Mayor, en la iglesia de San Ignacio, y en la plaza del Quirinal.  











Lo mismo sucede en la piazza y la porta del Popolo, al pie de los jardines de Pincio.




En el campo de la escultura, el Rapto de Proserpina, de Bernini (museo Borghese), muestra bien, con su academicismo, lo lejos que está ya de la Pietá.  


El barroco multiplica los palacios por toda la Ciudad Eterna: Pamfilo, Madama, de Montecitorio, Chigi, Borghese, Doria, Colonna, Barberini…)


Textos: Bellezas de Mundo/ Larousse Sedmay

Podrás seguir los mejores paseos por Roma, en estos links:

http://blogdeviajesviajaryaprender.blogspot.com.es/2014/02/paseos-por-roma-san-juan-de-letran.html


http://blogdeviajesviajaryaprender.blogspot.com.es/2014/02/paseos-por-roma-el-coliseo-los-foros.html

http://blogdeviajesviajaryaprender.blogspot.com.es/2014/02/paseos-por-roma-barrio-del-pantheon.html









































17 noviembre 2012

¿Qué ver en Isola Bella en el Lago Mayor, en Italia?

" ¿Qué decir del Lago Mayor, de las islas Borromeas, del Lago de Como, sino lamentar que la gente no se vuelva loca por ellos? ", escribía Stendhal. Durante años y años, pintores, poetas y escritores cantan la belleza de estos lagos de las montañas lombardas.

El lago Mayor es el segundo de Italia por extensión.  La ciudad más importante a orillas del lago es Stresa y, desde esta ciudad es desde donde parten las embarcaciones para visitar las islas.
La ciudad tiene también muchos jardines por los que pasear y un funicular que sube al Mottarone, un monte nevado con espectaculares vistas sobre el lago y hacia los Alpes.
Estábamos pasando la Semana Santa de 2008 por tierras italianas.  Pepe, Mari-Ángeles, Javi, Cristina maders, Cristina hija y yo. Eva, la hija mayor de Pepe y Mari-Ángeles estba viviendo desde hacía algunos meses en Casale, al norte de Italia.

En mitad de las aguas del lago Mayor se encuentran las islas Borromeas.

La más célebre, Isola Bella,  alberga el Palacio Borromeo, del siglo XVII, y reúne las plantas más exóticas en sus terrazas.  Esta isla diminuta de 320 de ancho por 400 metros de largo, guarda un jardín de ensueño en que la naturaleza está completamente domesticada.

Hasta que se construyó el palacio, la isla no era más que un peñasco en medio del lago conocida como isla Inferior, sin demasiado atractivo.  Carlo III Borromeo decidió, en 1.623, hacer un palacio dedicado a su esposa Anabella.  Fue, entonces, cuando Carlo III decidió que la isla pasase a denominarse insola Bella.  Encargó el palacio a Angelo Crivelli, quien también planificó los jardines.
Tras una interrupción durante los años de la peste, el arquitecto Carlo Fontana, finalizó los trabajos yconvirtió la isla en el escenario perfecto para fiestas cortesanas y eventos teatrales que convocaban a la nobleza europea.

El palacio es un ejemplo representativo del barroco lombardo y está ricamente decorado por estucos, frescos, cuadros, tapices, estatuas, muebles, lámparas,...  Entre las salas que están ubicadas en cuatro plantas, destacan las de la Medalla, de Honor, la sala de Música, del Baile, .. la parte más original del palacio es la subterránea que emula una gruta.
















Del fantástico artículo http://es.globedia.com/lagos-piamonte-agua-hecha-obra-arte, he extraido este párrafo que describe el recorrido por el interior del palacio:

"Superando la planta baja que se asoma hacia un pórtico con arcadas, se llega hasta la primera planta donde, alrededor del gran salón de fiestas utilizado para el recibimiento y la representación, se halla la Sala de las Columnas, de estilo neoclásico, la Sala de la Música, cuyo nombre deriva de los valiosos instrumentos musicales expuestos y la Sala de las Medallas, que conserva medallas de madera dorada que representan los acontecimiento más importantes de la vida de San Carlos Borromeo. Siempre en esta planta, se encuentra la Galería de los Tapices donde se guardan valiosos tapices de elaboración flamenca realizados durante el siglo XVI. La cubierta con bóvedas de esta sala está decorada con rosones de oro sobre un fondo blanco. De especial interés son las cuevas artificiales embellecidas con motivos marinos".









 El jardín es de tipo italiano y dispone, también de una serie de estatuas, grutas artificiales y detalles arquitectónicos que se configuran como caprichos ornamentales.  Los jardineros son artistas que con el sol, la tierra, el agua y las semillas, crean espectáculos fantásticos.
La Familia Borromeo aún es propietaria de la mayoría de las islas (entre ellas la Isola Madre, Bella, San Giovanni).


















03 marzo 2012

La Ópera Aida en la Arena de Verona


La Arena de Verona es un anfiteatro, de origen romano, fue terminado en el año 30, en el primer siglo DC. Es el tercer anfiteatro más grande del mundo después del Coliseo de Roma y del anfiteatro de Santa María Capua Vetere. Este enorme coso tiene una forma elíptica, para permitir una acústica perfecta en todos los sentidos y dar cabida a un gran número de espectadores.



En su construcción no falta la piedra caliza del lugar, conocida como rosso di Verona, muy característica de la arquitectura de la ciudad, ya que durante la época medieval, fue utilizado como cantera para construir nuevos edificios. Sus paredes fueron mermadas por esta aplicación de sus piedras en los múltiples palacios con que cuenta la ciudad.

 

Esta extracción de materiales no era la única causa de la degradación del monumento romano. La arena fue, durante siglos, dañada por las inundaciones, terremotos, incendios y saqueos hasta el siglo XVII / XVIII, cuando comenzaron los trabajos de restauración que continuaron, no sin interrupción, hasta mediados del siglo XX y hasta hoy en día.



Inicialmente la Arena fue construida fuera de las murallas de la ciudad.  En 265 DC, la amenaza de las hordas de bárbaros, llevó al emperador Galeno a tener que defender la ciudad de Verona y fue entonces cuando la Arena se incorporó a la ciudad amurallada.


Desde la antigüedad este edificio era el lugar de espectáculos. El interior, que se conserva casi intacto y con sus más de 20.000 asientos podía dar cabida a prácticamente toda la población de la Verona romana y llegaban visitantes de todo el Véneto para presenciar las luchas de los gladiadores.


Desde entonces, se han visto en este lugar: grandes espectáculos medievales, ejecuciones, ferias, corridas de toros, óperas musicales, danza ...

El 10 de agosto del año 1913 es el debut de la temporada de ópera lírica en la Arena. La primera obra puesta en escena fue la Aida de Giuseppe Verdi. En 1913 se celebraban 100 años del nacimiento de Verdi, y qué mejor conmemoración que la ópera Aida de Verdi en la Arena de Verona para celebrarlo..

Desde 1913 hasta hoy la Temporada de Ópera de la Arena se ha enriquecido de espectáculos y cada año el festival elige cinco óperas, entre La Traviata, Aida, La Boheme, Nabucco, El Barbero de Sevilla, Madame Butterfly, Carmen, Il Trovatore, Tosca, Turandot y Rigoletto y muchas otras.



La ocasión perfecta para disfrutar de la música lírica y de un entorno fantástico, al aire libre en una escena impactante por su historia y belleza.



La grande y variada orquesta toca por supuesto en directo. Los cantantes no usan micrófonos, sólo el poder de su voz. La acústica  está garantizada por la estructura de la Arena, que permite a los espectadores sentados en las últimas gradas escuchar canto y música.


Una de las veces en que estuve en Verona, pude asistir a la representación de la Ópera Aida de Verdi.  No soy un gran aficionado a la ópera pero debo reconocer que se trata de un espectáculo grandioso en medios y calidad artística.











Y os dejo con este vídeo que he encontrado en youtube, que os puede dar una idea general sobre cómo se vivió este momento en Verona.


Las Merindades de Burgos: Ojo Guareña y Puentedey

Estamos ante uno de los grandes motivos de orgullo de la provincia burgalesa. El Monumento Natural de Ojo Guareña   es uno de los complejos ...