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¿Cómo visitar las Cataratas Victoria en el río Zambeze?

El Dr. Livingstone fue el primer blanco que contempló estos inmensos muros de agua.  "Descubrió" las cataratas más grandes de la tierra  en noviembre de 1855. Llegó desde el oeste, atravesando el río Chobe y, después, el Zambeze.  

Las cataratas no fueron ninguna sorpresa para el explorador británico David Livingstone (1813-1873), él había oído hablar de ellas desde que llegó a esta zona de África.  En su libro Viajes y experiencias en el Sur de África, recoge una pregunta que le hizo el jefe de la tribu makolo, Sebituane: "¿Has visto el humo que suena en tu país?...  Si, el humo que truena allí.  De hecho, los autóctonos del lugar llamaban "el humo que truena" o "Mosi-Oa-Tunya" a este lugar.


Livingstone describe en detalle en su diario el trayecto en barca acompañado de sus porteadores por la zona del río anterior a las cataratas, sus islas, su vegetación, sus rocas, sus rápidos y remansos... se detuvo en una isla al borde del precipicio...  estupefacto el 16 de noviembre de 1855 y permaneció mucho tiempo contemplando este espectáculo único en el mundo. Nunca unos ojos europeos vieron nada parecido, pues unas escenas tan hermosas merecen ser contempladas por los ángeles desde el cielo".  

Y eso es, precisamente, lo que hicimos nosotros, sobre-volar la geografía de la zona en helicópteros de 4 y 6 plazas, conocido como "el vuelo de los ángeles", por el comentario anteriormente indicado.  Contemplamos, desde el aire, como las aguas de las cataratas Victoria, se precipitan en la frontera entre Zambia y Zimbabwe.




Las cataratas son bastante recientes desde una perspectiva geológica... un millón de años aproximadamente. El Zambeze transcurría por una meseta amplia y encontró una grieta en la zona en la que desboca el río Matetsi.  En este punto se produjo una caída de 250 m. que dio origen a un canal profundo al erosionar la roca basáltica de la zona. El lecho del río se estrechó brutalmente entre paredes rocosas  y el valle se iba orientando poco a poco en dirección norte-sur y el agua erosionada las fisuras convirtiéndolas en paredes de roca sobre las que se derraman las grandes cortinas de agua.



Este proceso ha sido el origen de las ocho gargantas que hoy forman el curso del río aguas abajo de las cataratas.  Cada garganta fue, en algún tiempo, una catarata.

Los exploradores británicos del XIX tenían la costumbre de ponerle un nombre inglés a cada trozo de tierra.  Livingstone, al contemplar el imponente espectáculo que tenía ante sí, le puso a las majestuosas cataratas el nombre de su reina: Victoria.


En el centro del Parque Natural de las Cataratas Victoria o Mosi-oa-Tunya, las cataratas tienen 1.688 m. de anchura y una altura que ronda los 110 m. El caudal medio del salto es de 550 millones de litros, llegando a los 750 millones en los meses de mayor abundancia de agua. Las columnas de espuma de proporciones colosales se abisman en un rugido que parece surgir de las profundidades de la tierra.

La inmensa catarata queda partida en diferentes cascadas por las rocas y pequeñas islas que se sitúan en la meseta superior, cuyos nombres (de oeste a este) son: Catarata del Diablo, Principal, de la Herradura, Arco Iris y del Este.


Lado de Zambia



















El río y sus canales se encontraban en su nivel más bajo por estar ahora en la época seca del verano y, además, por la alta producción de la central hidro-eléctrica próxima, alimentada por el desvío del caudal del Zambeze.  A pesar de la decepción inicial, la geología del lugar resulta fascinante y el paseo bajo una elevada temperatura fue muy gratificante en cuanto a las sensaciones vividas.



La ruta conduce por al acantilado que hay frente a las cataratas a través del puente oscilante y pasando por varios puntos de observación.  Los "cuatro de Livingstone": Pilar, Vicente, Carlos y yo... junto con Alex, el guía de Kanaga y el chófer local... tuvimos la posibilidad de hacer una marcha por  esta ruta a nuestra llegada a Zambia.  Fue una excelente forma de comenzar la Ruta del Río Perdido que, más tarde, nos llevaría a Botswana y, posteriormente a Zimbabwe.







Lado de Zimbabwe:



Se aproximaba el final de nuestro viaje por la Ruta del Río Perdido.  A media mañana, habíamos salido de Kasane, en Botswana, después de disfrutar de un maravilloso crucero-safari por el río Chobe.  A la llegada al Hotel Victoria Falls, estaba lloviendo y, lo más importante, el cielo se encontraba completamente cubierto. Es entonces cuando decidimos dejar la visita a las cataratas para el día siguiente... y emplear el resto del día en disfrutar del hotel, recorrer el pueblo e identificar las compras a realizar al día siguiente y descansar tomando algunas cervezas en los bares y en el hotel.



A la entrada al Parque Natural, me fotografié con un grupo de estudiantes de Zimbabwe. Magnífica muestra de la moda juvenil local. Os animo a observar detenidamente cómo van vestidos estos jóvenes.

A partir de este punto, recomiendo comprar por 1USD un escueto folleto que nos conducirá a los diferentes puntos de observación de las diferentes cascadas. 

La visita comienza por el extremo occidental, al pie de una estatua de Livingstone, que lleva la inscripción "Explorador, Misionero y Libertador" y desde los primeros puntos se divisa la catarata del Diablo.  Después viene la catarata View, a la que se desciende por una escalera.




Merece destacar el importante bosque lluvioso de helechos y especies vegetales de tipo tropical, que crecen impulsadas por las nubes de aerosol (spray) de la catarata al romper con la roca. 

El recorrido continua por las resbaladizas rocas de "Danger Point" y termina con la vista del famoso puente de hierro entre Zambia y Zimbabwe, desde el cual es posible hacer puenting con un vertiginoso salto de 111 m. y, como pueden apreciar, la parte del puente de Zambia está pintada, mientras que la de Zimbabwe no. 



















La catarata nunca se parece a sí misma, un recorrido de ida y de vuelta por el mismo camino nos depara perspectivas muy diferentes, en función de las condiciones de luz del sol o de la luna africana.   Por la tarde, y a primeras horas de la mañana,  se pueden contemplar las tonalidades del arco iris entre las nubes de spray.



La isla Livingstone, o Namakabbwa, es el punto desde el cual el doctor vio por primera vez esta maravilla de la naturaleza. Desde la misma se accede a un emocionante baño en la piscina del Diablo, justo en el límite del tramo más alto de la catarata. La oferta de actividades es muy variada: al puenting y el vuelo en helicóptero que describí en este artículo, hay que sumar: rafting por el río Zambeze, tirolina, tren de vapor tradicional, crucero por el río para ver la puesta de sol, vuelo en ultra-ligero, baño en la piscina del diablo... 



















Gracias a que varios integrantes de mi grupo de viajeros se apuntaron al rafting por el Zambeze, podemos disfrutar de estas dos fotos:





El área de las cataratas Victoria es y ha sido una lugar de encrucijada para viajeros desde hace más de 100 años: al principio fueron los misioneros y comerciantes, hoy son los camiones, los turistas y los comerciantes a ambos lados de las fronteras.

El puente entre los dos países: Zambia y Zimbabwe:

El puente se constituye en el principal punto de comunicación entre los dos países. Miles de camiones con sus mercancías hacen cola para saldar sus tramites de aduana. Vemos, por ejemplo, los cargamentos de cobre en bruto, principal riqueza de Zambia.













Una pléyade de pequeños comerciantes en bicicleta hace sus pequeños portes aprovechando las diferencias de precios de ambos países, es, en opinión de nuestro conductor, el medio mas eficaz para hacer el trayecto.



El Victoria Falls Hotel:

Entre todos los alojamientos de la zona destaca el afamado Victoria Falls Hotel, muy visitado por estadistas internacionales, familias reales y celebridades de todo el mundo.  

Con más de 100 años de existencia, el Victoria Falls Hotel está ubicado en una  zona de amplia vegetación y, su jardín privado ofrece vistas al Puente de Victoria Falls que cruza a Zambia y a la nube de agua vaporizada de las cataratas.
  
La atmósfera del hotel está llena de historia y encanto, con una elegante decoración en la que destacan sus salones de estilo inglés y la sala Livingstone en la que se ubica el principal restaurante del hotel y el baile. 



Sus 180 habitaciones están decoradas como en la época pasada, con muebles y detalles coloniales...

Y llega el momento final del viaje, el momento de poner en orden los recuerdos y de hacer balance.  Una excelente experiencia que sitúa este viaje en los primeros puestos de mi ranking personal y quizás, ... este ha sido el viaje de mayores emociones y satisfacciones. 



Seguiré escribiendo otros relatos en un futuro próximo, estad alertas que habrá importantes novedades,...

¿Qué hacer en el Parque Nacional del Río Chobe, en Botswana?



Chobe es una de las reservas más impresionantes del continente africano, a su gran concentración de grandes mamiferos hay que sumar las más de 450 especies de aves catalogadas en esta zona.  

Pero Chobe es, sobre todo, conocido por sus grandes manadas de elefantes que recorren en libertad cualquier zona del Parque y sus poblaciones limítrofes.



 En 1931 nació la propuesta de crear un parque nacional para proteger la fauna contra su extinción. La reserva fue creada oficialmente en 1960. Siete años más tarde, la reserva fue declarada Parque Nacional y sus límites se han ido ampliando considerablemente desde ese momento.


El parque nacional de Chobe tiene una importante población de elefantes, que ha estado aumentando constantemente durante el siglo XX y se estima actualmente en unos 120.000. El elefante de Chobe es migratorio, realizando migraciones de hasta 200 km desde los ríos Chobe y Linyanti, donde se concentran en la estación seca, hasta las depresiones del sureste del parque, donde se dispersan en la temporada de lluvias.


En el comedor del lodge de Elephants Sands, situado en la linde de la Reserva Nacional, recibimos la visita de un elefante en busca de alimento y, sobre todo de bebida por estar en el final de la temporada seca.

En las proximidades de nuestra tienda de campaña, perfectamente equipada del Elephants Sands, una centena de elefantes merodeaba entre nuestros dormitorios de lona en forma de palafitos. Fue impresionante pasar una jornada (y sobre todo, la noche) entre estos enormes paquidermos.



Además de los elefantes, se puede ver mucha otra fauna en Chobe, especialmente en los meses secos del invierno. Es en estas fechas cuando las grandes concentraciones de búfalos, cebras, jirafas, impalas y otros animales se concentran a lo largo del río para beber. 





El parque nacional de Chobe es un destino importante para el avistamiento de vida salvaje de todo tipo y una opción que el viajero no se puede perder, especialmente los safaris por el río.






Un fantástico desayuno servido en un barco navegando junto a la frontera de Namibia, nos va a permitir observar de cerca la fauna que se acerca o habita en ambas orillas del río Chobe.



¿Cómo es el viaje desde Livingstone (Zambia), hasta Kasane (Bostwana)?


Nos trasladamos en avión desde el aeropuerto de Johannesburgo hasta el de Livingstone, en Zambia.
 El guía Alex y un conductor nos estaban esperando a la salida del aeropuerto de Livingstone desde donde nos llevaron al centro de la ciudad.  


Después de una breve parada de avituallamiento en la calle principal de la ciudad, la Mosi-oa-Tunya Rd., nos dirigimos a la entrada de las cataratas Victoria por el lado de Zambia.  

Un fantástico paseo a pie por los acantilados de este lado Del Río Zambeze, nos permitió tomar contacto con este grandioso fenómeno de la naturaleza que son las Cataratas Victoria. Al estar en temporada seca, el caudal de agua en los saltos durante la visita era muy limitada.




Posteriormente, tras un breve trayecto en coche, nos dirigimos a la aduana para abandonar Zambia y cruzar el río en barca hasta llegar a la frontera de Botswana. 

La aduana presenta a esta hora un aspecto caótico, los transbordadores y barcas de pasajeros no dan abasto para trasladar al otro lado del río todos los vehículos que se agolpan en la aduana, en Zambia. Largas colas de camiones cargados no permiten ninguna ventaja a los vehículos más ligeros que intentamos colarnos entre estas moles y pasar sin esperas.

A las tres en punto de la tarde, nos dirigimos al emblemático punto fronterizo de los cuatro países: Zambia, Namibia, Botswana y Zimbabwe. Para hacerlo más peculiar si cabe, este punto de intersección de los cuatro estados se encuentra en el centro del río Zambeze, muy cerca de la confluencia de su afluente, el río Chobe.

 


Por fin cruzamos el río Zambeze y entramos en Bostwana en una pequeña embarcación que hizo el transbordo para nosotros por el punto fronterizo de Kazungula y, a continuación, nos hicieron pasar por el rutinario control de enfermedades para entrar en el país.  

Por una carretera bien asfaltada, atravesamos la ciudad de Kasane y cambiamos de vehículo para hacer, en un 4X4, una parte de "Livingstone Trail", una amplia senda seguida por Livingstone para descubrir las cataratas Victoria.


Al atardecer se produce nuestro primer contacto con la fauna africana al entrar en el “Valle de los Elefantes”.  Encontramos: aves, elefantes, impalas, jirafas, monos,... todos ellos iluminados por una espléndida luz del sol en su ocaso.


 














Nos alojamos en el Walter Bushcamp, en la Extensión Forestal de Kasane, una zona limítrofe con el Parque Nacional de Chobe.  El Bushcamp consta de cinco chalets en plataformas elevadas y tiene vistas sobre una charca de agua regularmente visitada por todo tipo de animales.



Nosotros tuvimos la suerte de presenciar: monos, un antílope sable, impalas, aves y... hasta ocho jirafas. ¡Todo un entretenimiento durante la cena y el desayuno del día siguiente!