En su primera colaboración, mi gran amigo Bernardino Puig nos prestó su detallado diario de viaje para este amplísimo reportaje sobre la capital de Hungría, del cual he entresacado estos párrafos que nos permiten agrupar todo su relato en un solo post. Espero que os guste.
La primera impresión exterior del Parlamento es extraordinaria, es un edificio grandioso paralelo al danubio de 268 metros de longitud. Diseñado en 1885 y acabado en 1902, es un conglomerado de estilos: neo-gótico, neo-románico y neo-barroco. Está inspirado en el Palacio de Westminster. Se puede reservar una visita guiada en español al Parlamento por internet.
La Basílica de San Esteban , de estilo neoclásico, es la iglesia mas importante y mayor de Hungría, donde está depositada la reliquia mas venerada : "la mano de San Esteban".
La construcción de la basílica empezó en 1851, 1868 se les cayó la cúpula y retrasó su finalización hasta 1905. La altura exterior es de 96 metros, que no puede ser sobrepasada por ningún edificio de la ciudad.
Para probar la cerveza húngara, entramos en uno de los bares de la plaza de la Basílica , "el 0,75", que sirven una cerveza ligera pero con sabor.
El Puente de de la Libertad (Szabadsag cid) es una obra de ingeniería de hierro pintado en verde, y es muy especial ya que el paso del tranvía amarillo, el río azul oscuro y el cielo azul claro, ponían un colorido muy peculiar
El Mercado Central de Pest se ha convertido en un reclamo turístico, aunque sigue siendo un referente para la compra diaria de los habitantes de Budapest.
La Gran Sinagoga de Budapest, con su fachada de ladrillo rojo y amarillo fue construida en 1858. Algunos han llegado a llamar a esta Sinagoga La Catedral Judía, que puede llegar acoger a 3.000 feligreses.
En el recinto de la Sinagoga está el Árbol de la vida , hecho con pequeñas láminas de metal con el nombre de cada uno de los que murieron victimas de los nazis en la II Guerra Mundial.
Otro edificio de referencia es la Ópera de Budapest
Otro edificio de referencia es la Ópera de Budapest
En ribera del Danubio están los zapatos del Danubio. Es una alegoría a los judíos ahogados por los nazis. Se les obligaba, eso dice la leyenda, a quitarse los zapatos y después los arrojaban a las frías aguas. En conmemoración de estos hechos hay unas pequeñas esculturas en hierro de zapatos de hombres y mujeres, tanto mayores como jóvenes y niños. Te hace pensar, el simbolismo es escalofriante.
Continuamos hasta el punte de las cadenas, lo cruzamos y cogimos el funicular que te sube a la colina de Buda.
Allí, lo primero que hicimos fue dirigirnos al Palacio Real, que vimos por fuera sin llegar a entrar a la Galería Nacional Húngara, el Museo del Castillo y la Biblioteca Nacional.
Al patio, impresionante, se entra por la puerta de los Corvino con su gran cuervo negro que representa al rey Matías Corvino. Budapest está llena de cuervos por todas las partes.
Cabe destacar, todo en el exterior: la escalinata de los Habsburgo, la Fuente de Matías y la estatua de un vaquero húngaro amansando a un caballo.
Al día siguiente, paseando, fuimos adentrándonos en lo que era la antigua ciudad de Buda. Pasando por delante del Palacio de Sandor, sede presidencial actual, donde se puede ver un cambio de guardia bastante modesto. Llegamos a lo que para mi fue el mejor edificio y la mayor sorpresa de Budapest: La Iglesia de Matías.
Los orígenes de la iglesia se remontan hasta hace mas de 500 años. Se llama "de Matías" porque en ella se casó el rey Matías Corvino en 1496. Aunque la Iglesia fue reconstruida en 1896, el exterior es de estilo neogótico con unos tejados de mosaicos de vivos colores. El interior es una gran pintura que ocupa todas sus paredes con unos colores fuertes y cálidos, en los que abundan los amarillos, ocres y rojos en todos los matices.
No obstante, desde el Bastión se pueden disfrutar unas vistas espectaculares de Pest, la parte más baja de la ciudad.
Continuamos la visita por la antigua Buda. Sus casas pertenecientes a la burguesía son reflejo de los tiempos de esplendor. Son calles tranquilas, poco transitadas por los turistas, un remanso de paz.
Con nuestras zapatillas, traje de baño y toallas nos dirigimos a los baños de Szechenyi. La entrada fue agobiante pues estaba allí todos los Erasmus de Budapest. Yo me dirigí a la zona de hombres a través de un pasillo inmenso oliendo a choto de forma descarada, en el que había infinidad de taquillas en las que dejar la ropa.
Salimos a la zona exterior de baños, debía de hacer unos 6º , pero el agua estaba caliente, sobre unos 35º. Era una delicia disfrutar de los chorros y de las corrientes de agua a la luz de la luna. La mayoría de la gente eran jóvenes, hombres y mujeres locales disfrutando de las cualidades de las aguas.
En nuestro último día, nos dirigimos en primer lugar a la estación de Nyugati, tristemente famosa últimamente por los refugiados sirios que acudieron a ella y permanecieron retenidos durante varios días hasta poder salir hacia otros países. La estación fue diseñada por August de Serres y fue construido por la compañía Eiffel. Fue inaugurada el 28 de octubre de 1877.
Proseguimos nuestra marcha por la avenida Bajscy-Zsilinszky hasta llegar a la parte trasera de la Basílica, pudimos pasar y ver el interior iluminado, mejorando nuestra opinión previa.
Solo quedaba recoger las maletas, coger el taxi con el mismo conductor con el que proseguimos la charla dejada el primer día, y... llegar al Aeropuerto.
En resumen, Budapest es un lugar para poder pasar cuatro días muy agradables, tanto por lo que tiene que ver como por la amabilidad de sus gentes.
¡¡¡¡ Hamarosan találkozunk Budapest ¡¡¡ hasta pronto Budapest.