Nunca antes había visitado la iglesia de San Clemente que está muy cerca del Coliseo. Tengo que reconocer mi grata sorpresa por la importancia y el acierto de haber decidido comenzar este paseo por este lugar.
San Clemente es una basílica del s.XII edificada sobre una iglesia del s.VI. Se accede a sus ruinas a través de un patio medieval que conducen a una bóveda que se visita con linternas. En la iglesia hay un reluciente mosaico del s. XII que ilustra el triunfo de la Cruz. También hay importantes frescos renacentistas.
"Ruma", en lengua etrusca, significa "Ciudad de los Etruscos". Su primera plaza pública, el Forum, fue el corazón de un reino etrusco instalado al sur del Tíber. El Foro, estaba rodeado de muros de ladrillo, templos, archivos del estado, corredores gigantes como la Cloaca Maxima, … obras grandiosas que unos pastores primitivos como eran los convecinos de Rómulo, no hubieran nunca podido conseguir si no se llegan a aliar rápidamente con los habitantes de los territorios anexionados en sus hazañas y negociaciones.c.
En 3 siglos, la ciudad se desarrolló mucho y dio origen a una nueva civilización en la que la fuerza bruta no reina ya por sí misma y se soporta por el espíritu de las leyes y una sorprendente diplomacia. En el 509 a.d.C. la monarquía etrusca termina y se funda la República.
El Coliseo (***)
El Coliseo o Anfiteatro Flavio es el símbolo de la ciudad.
En el primer siglo de nuestra era, Augusto, el creador del Imperio Romano, reemplaza el ladrillo por el mármol y la ciudad adquiere una enorme suntuosidad. De esta época es el Coliseo levantado en solo cinco años por la dinastía de los Flavios, un anfiteatro oval de proporciones gigantescas, al tener 188 X 156 m. El edificio se construyó entre los años 75 y 80 de nuestra era, con los trabajos forzados de prisioneros hebreos. La parte más elevada alcanza los 54 m. Se superponen tres hileras de arcadas de estilo dórico, jónico y corintio.Se calcula que las fiestas de inauguración de este edificio organizadas por el Emperador Tito duraron 100 días, durante los cuales se mataron unas 9.000 fieras.
Aunque despojado de sus mármoles, el Coliseo todavía ofrece una estampa muy espectacular. En el se celebraban combates de gladiadores y solemnes fiestas. Sacudido por terremotos, transformado en fortaleza, saqueado por ladrones de piedras, el Coliseo ha perdido sus graderíos en los que tenían cabida 70.000 espectadores.
Nuestro viaje ha coincidido con la celebración de las fiestas de carnaval romano. Coincidimos con una comparsa de inmigrantes latinoamericanos que, como peden ustedes imaginar suponía un gran contraste con la solemnidad de este lugar y de estas piedras.
Se puede acortar el tiempo de cola para los foros y el interior del Coliseo, así como la presión de los innumerables guías turísticos, comprando la entrada en la taquilla de la puerta del Palatino. Os adjunto un link sobre qué se puede hacer para evitar las colas
http://guias-viajar.com/italia/roma/evitar-colas-visita-coliseo-romano/
El Arco de Constantino (***), al lado del Capitolio, tiene sus columnas de mármol blanco, sus frisos esculpidos y sus medallones que representan escenas de caza o sacrificios.
Foros Romanos (***):
Vale la pena dar un paseo por el Foro Romano para imaginarse lo que una vez fue el centro de la vida civil, política, jurídica y social de la antigua Roma
Para conmemorar sus hazañas, los emperadores romanos hacían levantar arcos de triunfo en el Foro, bajo los que desfilaban las legiones victoriosas.
La visita comienza por el Pórtico de los Dioses Consejeros (*) desde el que se disfruta de una buena vista, rodea el Tabularium. Pasamos por el Templo de la Concordia y la Columna de las Focas (*).
La Curia (**) (que fue sede del Senado) en la que se encuentran los bajorrelieves de Trajano (***) .
Uno de los arcos más característicos entre los que se conservan son el de Septimio Severo (**) que se encuentra en el recinto del Foro, entre las tres grandes columnas corintias del Templo de Vespasiano (**) y las ocho columnas de granito del Templo de Saturno (***).
En esta zona hay dos iglesias, la que ocupa el lugar de la Prisión Mamertina (*) y la Iglesia de San Lucas y Santa Martina (*).
Entramos en la Vía Sacra (***), dejando a nuestra derecha los restos de la Basílica Emilia y a la derecha la Basílica Juliana (**) iniciada por Julio César,y, a continuación, el Templo de Castor y Pollux (***). Enfrente se levanta la majestuosa silueta del Templo de Antonino y de Faustino (**).
En el templo y Atrio de de las Vestales (***) se custodiaban objetos sagrados y era donde las vestales (jóvenes que gozaban de privilegios especiales, pero que si quebrantaban el voto de castidad eran enterradas vivas) debían mantener el fuego siempre encendido.
Otra vez a nuestra derecha, veremos la impresionante Basílica de Majencio y Constantino (***)
Y al final de la Vía Sacra, el Arco deTito (**) cuyos frisos celebran el saqueo de la ciudad de Jerusalen. Desde aquí, accede a la colina del Palatino (***)
Nos dirigimos ahora a los Foros Imperiales (***) a través de la Via dei Fori Imperiali. A la izquierda de la Via, está el Foro del César (**), pero a la derecha, encontraremos los foros de Augusto (**) y , sobre todo, el de Trajano (***) con sus mercados (***)
El Campidoglio (***):
Desde la Piazza Venezia, al derecha del Monumento a Victor Emmanuel, encontramos la Plaza D ´Aracoeli, con su fuente.
Enfrente, la escalinata que nos dará acceso a la iglesia de Santa Maria d´Aracoeli (**)
Volvemos sobre nuestros pasos, descendiendo la empinada escalera y tomamos la impresionante escalera adyacente que conduce a la Plaza del Capitolio (***) o Campodidoglio.
El Campidoglio es la sede del Ayuntamiento romano y, durante milenios, el núcleo fundamental de la vida romana. Es uno de los espacios arquitectónicos más interesantes de la ciudad. Pero, sobre todo, la Piazza del Campodidoglio (plaza del Capitolio) es Renacimiento, la obra maestra de Miguel Ángel.
En el centro de la plaza, la estatua ecuestre de Marco Aurelio (**) del s. II, la única de las estatuas de bronce que adornaban Roma en la antigüedad y que ha sobrevivido. La estatua original se conserva en el interior de los Museos capitolinos.
En la plaza, además, destacan: la fuente y la escalera de doble vuelta que rodea el Palacio del Senador (***).
En cuanto a escultura romana, en el museo del Capitolio (**) se encuentra la estatua colosal del Océano que data del primer siglo a.d.C., también en el Capitolio se encuentra el Palacio de los Conservadores (***) que alberga la Loba de bronce original del s. V a.d.C, el símbolo de Roma y de la Latinidad.
Por la calle que está a la derecha del Palacio del Senador llegamos al mirador del Monte Capitolino, una de las mejores vistas del Foro romano, y, rodeando la colina, llegamos a la Piazzale Caffarelli, también con una hermosa vista.
Aunque no se conservan los mármoles, el esqueleto de la Roma primitiva se puede observar desde la terraza balcón que hay entre la Vía Imperial y la Via Sacra. La vista desde este punto del Palatino, nos permite hacernos una buena idea de la ciudad romana en pleno apogeo, en el siglo I. Nos imaginamos, pues, una ciudad de dos millones de habitantes, dividida en catorce distritos con barrios de negocios, palacios de Justicia, cuarteles, templos, lonjas, iluminación nocturna, tabernas, lupanares, calles elegantes, suburbios, atascos de carros, …
La Boca de la Verdad:
Descendemos el Monte Capitolino hasta la Plaza de la Consolatione, donde se encuentra la iglesia de Santa María de la Consolazione. Por la vía di S. Giovanni Decollato, llegamos a la Plaza de la Boca de la Verdad (*).
Enfrente de la fachada medieval de Santa María de Cosmedin (fundada en el s. VI y reformada en el XII, se encuentra una fuente sostenida por dos tritones. En el jardín se puede visitar el templo romano circular de Vesta (*) y el rectangular, llamado de la Fortuna Virile.
En el atrio del la iglesia de santa María de Cosmedín , muy frecuentado por los turistas, se encuentra el medallón de mármol con la Boca de la Verdad, que representa al dios Fauno.
Seguiremos por la margen del río Tíbet hasta el Puente Fabricio que nos dará acceso a la Isla Tiberina (*), lugar del histórico nacimiento de Roma.
Antes de cruzarlo, merece echar un vistazo al Templo de Apollo (**), muy deteriorado, y los Guettos Judíos, así como al Teatro de Marcello (**) que se encuentra detrás de los Guettos.
Atravesamos la Isola, acercándonos a ver el Ponte Roto, en el extremo de la misma. Salimos por el Puente Cestio, antes de entrar en el Trastévere.
Trastévere:
Desde la plaza de Piscinula, tomaremos a la izquierda, por Salumini y, después a la derecha, por Vascellani. La primera parada es la iglesia de Santa Cecilia (*), de la que destacan la estatua de la Santa (*) y el Cuadro del Juicio Final de Pietro Cavallini (***).
Seguimos por San Michele, Madonna del Oro y via Anicia a la izquierda, para llegar a la Plaza de San Francisco de Asís, con la iglesia de San Francisco a Ripa, con la estatua de la Bienaventurada Ludovica Albertoni (**) de Bernini (**).
Por la call de S. Francesco a Ripa, llegamos a Sta María del Trastévere (**).
El arquetipo de estilo románico aparece en el año 1.140, en el barrio popular del Transtévere, con la iglesia de Santa María in Transtévere, decorada al exterior con pinturas y mosaicos dorados. En Santa María destacan también los mosaicos del Coro (**). Esto sucedía en el campo, ya que entonces en Roma había más oveja que habitantes ya que su población apenas contaba con 15.000 almas.
En la plaza se encuentra una fuente iluminada por las noches y que es punto de encuentro de los jóvenes que a ella acuden.
El Vícolo de Piede es una de las callejuelas de este barrio llenas de restaurantes con mesas al aire libre.
No olvides repasar la historia del arte de la Ciudad Eterna en el siguiente link:
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Podrás seguir otros paseos por Roma en los siguientes links:
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