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¿Qué ver el La Habana Central? Vida en el corazón de la capital de Cuba



La Habana Central es, ante todo, un tributo a la nostalgia, un lugar de edificios que reflejan un pasado de gran prosperidad, pero que hoy se muestran destrozados, heridos por el tiempo.  Las calles mordidas por el paso del tiempo, las fachadas, los balcones, los portales, los techos y tejados, las escaleras... todo se desmorona y transmite un gran sentimiento de decadencia.  


Cada patio, que aquí llaman solar, está rodeado de pequeños cuartos con una puerta, rara vez con una ventana. En cada habitación, con su cocina se alojan familias de numerosos miembros que prefieren permanecer allí, entre verdaderas ruinas, antes que dormir en la calle, o a pesar de que se les ofrecen, en muchos casos, viviendas alternativas en la periferia de La Habana.


Las ventanas y balcones suelen tener rejas y sirven de mirador privilegiado a las personas que salen a respirar aire ya que los interiores suelen ser muy angostos, muy oscuros y repletos de objetos y de muebles.


Por las calles rectas de un urbanismo bien trazado y ropa en los balcones, unos deambulan, otros miran pasar el tiempo y algunos hacen negocio ambulante en unos carros de verdura o en el portal de su casa porque en este barrio no hay tiendas. 



Podríamos decir que es La Habana Central es un barrio en el que todo sobrevive al paso del tiempo de aquella manera. Sobreviven los edificios y sobreviven los coches americanos de los años cincuenta, recuperados por sabias manos y reconvertidos, en muchos casos en "pinkies", auténticos coches antiguos de lujo que se alquilan a los turistas por un buen puñado de dólares.  No molesta el tráfico, de vez en cuando aparece un "almendrón" llevando a algún turista a su lugar de alojamiento. No he visto ninguna capital de ningún país con menos tráfico en un barrio tan céntrico. También hay rickshaws, bicicletas similares a las que encontramos en Asia, sobre todo en la India.

No hay ruido de coches pero es frecuente que altavoces con música de regetón y de salsa impregnen las calles de sonido.  Una buena disculpa para que un grupo de cubanos se ponga a bailar.


Nos llama la atención este portal en el que se anuncian tres profesionales de la medicina, dos son cirujanos y el tercero es dentista. ¿Quién lo diría con nuestra mentalidad occidental?


En la parte sur de La Habana Central están sus famosas prestigiosas casas que se contemplan desde El Malecón.