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Estambul, maleta en mano

Han sido tantas cosas las que Carlos me ha enseñado en los años que compartí con él, tantas experiencias y largos momentos en nuestra sala de reunión, allá en la planta cuarta de San Romualdo…. Carlos siempre se ha caracterizado por ser un gran jefe, pero también una excelente persona que siempre le ha fascinado enseñar a los demás, así como un enamorado de los viajes.

Por ello, entre los muchos recuerdos que me llevo, creo que el viaje que hicimos a Estambul allá por 2012 fue uno de los más interesantes. Llegamos tarde al aeropuerto, nuestro vuelo iba con retraso. Era domingo y se suponía que tendríamos a un chofer esperándonos para llevarnos al hotel. Cuál fue nuestra sorpresa cuando descubrimos que no había nadie esperándonos. Después de unas llamadas, decidimos no esperar más y apresurarnos en coger un taxi que nos llevara a la ciudad. Nuestro plan inicial era ir al hotel, dejar las maletas y movernos al centro para visitarlo. Después de tanto retraso y como nuestro hotel se encontraba lejos del centro, en la parte asiática, nos dimos cuenta de que no disponíamos de tiempo para seguir nuestro plan. Yo pensaba que me iba a perder la oportunidad pero Carlos insistió en que yo debía ver la parte histórica de Estambul pues él sabía que era mi primera vez en ciudad y que no podía perderme la ocasión de visitarla. Así, con su típica y fuerte determinación, no se cortó en llevarme a visitar el centro de la ciudad con nuestras maletas en mano. Allí recorrimos la plaza del Sultanahmet, la espectacular Mezquita Azul o Santa Sofía, el puente de Gálata, el Gran Bazar o el Bazar de las Especies…. 

Carlos había estado muchas veces en Estambul, pero no le importó llevar consigo la maleta a cuestas para hacer que yo disfrutara con la visita a esta gran ciudad. Ese es Carlos, siempre dispuesto a ensenarte algo nuevo, siempre disponible y generoso con su tiempo y dedicación hacia los demás.

Después he tenido la oportunidad de volver a Estambul, pero siempre recordare con ilusión aquel día en que Carlos y yo recorrimos Estambul maleta en mano

Daniel Navarro - Estambul

Han sido muchos momentos, muchos viajes pero, sobre todo, muchas horas de esfuerzo. Sin duda, ha valido la pena. ¡Gracias Carlos!

Daniel Navarro


¿Qué ver en Éfeso?


Desde que decidí crear el blog, he compartido con los seguidores del mismo un buen número de historias, de geografías, ambientes y sensaciones que, espero, ayuden al viajero en ese difícil reto que significa la preparación de cada viaje.  Me gustaría que cada "entrada" de este blog sirviera como una referencia más en esa preparación, que les ayude a  "visualizar" el recorrido, a establecer los objetivos y las prioridades, procesar las informaciones más relevantes (culturales, históricas, costumbres, gastronomía...), consensuar los aspectos claves con el equipo que comparte el viaje, gestionar el tiempo disponible, etc...

Hoy estoy decidido a escribir sobre "piedras e historias"  a través de las ruinas grecorromanas de Éfeso, en la península de Anatolia, en las proximidades del mar Egeo.


Nos dirigimos al recinto arqueológico de Éfeso, uno de los más importantes y más visitados del mundo.   Un gigantesco museo al aire libre.

La mejor forma de iniciar la visita es por el lado de las Termas de Vario y avanzar a través de la Avenida de las Columnas hasta el Templo de Domiciano.  La avenida está flanqueada por columnas jónicas y corintias y pasa por delante del Odeón (150 d.C.).

El Odeón, con capacidad para 400 personas hacía las veces de bouleuterion, o consejo de la ciudad, aunque también podría haber sido utilizado como teatro para interpretaciones musicales , de poesía y ceremonias.
 

Al final de las columnas, la Puerta de Hércules nos conduce a la avenida de los Curetes. La Puerta fue construida en el s. IV d.C. y recibe este nombre por los dos pilares situados uno enfrente del otro. La piedra está decorada con dos figuras en relieve que representan a Hércules vestido con la piel del león de Nemea, una ciudad del Peloponeso. 


La avenida de los Curetes estaba decorada de estatuas de ciudadanos notables. El nombre de Curetes proviene, de nuevo, de la mitología griega. Era el término utilizado para nombrar a los semidioses aunque más adelante emplearían la misma palabra para designar a un tipo de sacerdotes en la antigua ciudad de Éfeso.

 


La fuente de Trajano, Según se puede leer en una inscripción, data de los años 102-114 d. C., fue construida por T. Claudio Aristion y se la dedicó por entera a Trajano, el emperador romano. La fuente estaba presidida por una gran estatua del emperador y estaba secundada a su alrededor con otras esculturas de héroes, emperadores y dioses.



En esta avenida se encuentra el templo de Adriano, fue construido, en estilo jónico, para conmemorar su visita en 123 d.C. y restaurado durante el siglo IV d.C.  Le fue añadido un relieve figurativo en la parte superior de las paredes del pronaos que representa a una joven desnuda que surge de una voluta foliada y representa el mito de la fundación de la ciudad por el príncipe Androclo.



A pesar de las múltiples ruinas interesante que se encuentran a ambos lados de la calle, es difícil evitar el enorme magnetismo visual que provoca, al final de la avenida, la fachada de la Biblioteca de Celso.  La biblioteca sufrió daños a manos de los godos y por un terremoto en el año 1000.


La fachada se trata de una curiosa estructura corintia espléndidamente restaurada. Las inscripciones griegas y latinas declaran que fue fundada en el año 110 d.C. por  Cayo Julio Áquila como monumento funerario para su padre, Cayo Celso Polemeno, que había sido senador romano y procónsul de Asia. 
En el interior de la biblioteca había dos altas cámaras con una galería de dos niveles que contenía los nichos rectangulares en los que se almacenaban unos 12.000 libros.



Cuatro nichos con cuatro estatuas protegen las tres entradas. Representan las virtudes que poseía Celso: Ennoia, la Reflexión; Sofía, la Sabiduría; Areté, el Valor; y Epistémé, el Conocimiento. Se piensa también que el nicho circular del interior contuvo una estatua de Atenea.


Atravesando uno de los dos arcos contiguos a la Biblioteca, nos adentramos en el principal ágora comercial, un gran espacio cuadrado de unos 100 m de lado que se extiende hacia el oeste, rodeado por las basas de las columnas que en otro tiempo formaron la columnata que rodeaba el recinto. 
Este ágora, construida durante el período helenístico, era originalmente de orden jónico. La doble columnata dórica de dos pisos que forma el lado oriental fue erigida durante el reinado de Nerón, mientras que la puerta cercana a la esquina sureste, un portal triple, está fechada por una inscripción en el año 4-3 a.C.

                                                                                                                                                                                                                       
La Vía de Mármol,  fue pavimentada en mármol en el siglo V d.C. por un rico efesio llamado Eutropio, y constituía una calzada reservada a los vehículos de ruedas.  Esta vía nos conduce hasta el Gran Teatro de Éfeso, excavado en la ladera del monte Pión, también durante el periodo helenístico.  Fue posteriormente renovado por los romanos.


El Teatro, con una acústica espectacular, es un importante punto de referencia de Efeso, espléndido y bien restaurado,con capacidad para 24.500 espectadores, el mayor aforo de Asia Menor. El auditorio en herradura forma un ángulo de 220°, con un diámetro de 150 m. La última grada se encuentra a 30 metros de altura sobre la orquesta, y su sección media todavía está cubierta por una arcada. Originalmente los actores del teatro griego actuaban a lo largo del coro, en la orquesta. Posteriormente, en el período helenístico, comenzaron a actuar sobre un escenario.  Para tener la mejor de las panorámicas es imprescindible encaramarse a la parte más alta por las tortuosas escaleras de la gradería.

En la ciudad de Éfeso hay muchas cosas más:  un monumento dedicado a Memmio, una fuente semicircular, el templo de Domicíano, La Basílica de San Juan, el Ágora, el Pritaneo, la puerta de Augusto, los baños de Escolástica, el burdel, la carretera de mármol, el gimnasio y los baños del puerto…

Un poquito de historia:

Aunque su origen pudiera ser hitita, la fundación de Éfeso como ciudad griega es del s. XI a.d.C. y sucede cuando en este lugar se asientan un grupo de colonos atenienses de origen jonio liderados por Andoclo, hijo del rey heleno Codros.

En 560 a.d.C., Creso, el último rey lidio, ocupó la ciudad e impulsó a los efesios a que construyeran un nuevo templo a la diosa Artemisa ya que el anterior, dedicado a Cibeles, había sido destruido por los sumerios. Artemisa era hija de Zeus, el padre de los dioses y los hombres a quienes gobernaba desde el Monte Olimpo, y  hermana gemela de Apolo, dios de la verdad y la profecía, del sol y de la luz. A la diosa se la representa con una corona amurallada, símbolo de Cibeles. Era una diosa de culto y en ella prevalecían los atributos de la fertilidad sobre los de la virginidad. Sin embargo, al igual que otorgaba la vida, también tenía el poder de arrebatarla.

Éfeso cayó bajo dominio de Persia al final del s. VI a.d.C.  El Templo de Artemisa, el Artemisium, construido en mármol, se conservó en pie durante dos siglos y sobrevivió intacto a casi toda la ocupación persa de Asia Menor, hasta que, en 356 a.C., fue destruido por el incendio provocado por un loco, Herostrato, que quiso con ello inmortalizar su nombre. 

Todavía se estaba reconstruyendo el Artemisium en 334 a.C. cuando Alejandro Magno pasó por Efeso al principio de su invasión de Asia, liberó a Éfeso de los persas  e impulsó la reconstrucción del templo con la aportación de fondos y con la designación de un nuevo arquitecto.

El Artemisium helenístico fue construido en la misma escala colosal de su antecesor arcaico.  Su decoración escultórica hizo que fuera incluido entre las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.  Este Templo de Artemisa se alzaba sobre un basamento de 2,68 m de altura, con un estilóbato de 55,1 x 115 m, ¡ tres veces mayor que el del Partenón !.  Nos queda muy poco del templo que fue destruido por los cristianos en 401 d.C.  El lugar, muy castigado por los siglos pasa desapercibido para la mayor parte de los turistas ya que queda apartado del resto de las ruinas.


Una vez visto lo poco que ha quedado del Templo, os incluyo una recreación realizada por los historiadores de lo que debió ser esta Maravilla:


Después, llegaría la época del imperio romano, en la que la ciudad pasó a ser la capital de Asia y prosperó mucho convirtiéndose en el principal puerto del Egeo, llegando a contar con 200.000 habitantes.


















Es obligada la visita al Museo Arqueológico de la Ciudad que muestra una importante colección de estatuas, frisos y otros artículos que se han ido rescatando de las diversas excavaciones arqueológicas que se han hecho en la ciudad.

 Los elementos más valiosos que aún se conservan son las escultura de mármol de la diosa.  Artemisa Efesia, la deidad griega de la fertilidad, la caza y la guerra.

Una de ellas, la que lleva en la cabeza un tocado en forma de torre, data del reinado de Domiciano; la segunda, que muestra a Artemisa flanqueada por las figuras descabezadas de dos pequeños cervatillos, símbolo de su condición de diosa de los animales, ha sido fechada en el reinado de Adriano. Ambas estatuas están adornadas con símbolos de fertilidad. Fueron descubiertas en el lugar donde fueron enterradas por los sacerdotes de Artemisa para evitar su destrucción, bien en 392 d.C., cuando Teodosio I publicó su edicto condenando el paganismo, o en 401, cuando las muchedumbres cristianas demolieron definitivamente el Artemisium.

Curiosidades:








Se pueden visitar las letrinas públicas, muy cercanas a un burdel. Este es uno de los ejemplos mejor conservados de unas letrinas romanas. Muchos de los retretes siguen intactos, junto con el canal por el que fluía el agua con la que se lavaban los clientes.  Incorporo algo que he leído el 28 de marzo de 2014 en ABC:

 "La cultura romana es conocida por su afición a las termas y baños públicos, unos recintos que eran auténticos lugares de encuentro para los ciudadanos del imperio. Su preocupación por la higiene era tan grande, que Roma se convirtió en la primera ciudad del mundo en poseer agua corriente y un sistema de alcantarillado; pronto, muchas otras urbes de esta civilización contaban con aseos públicos.

Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con los baños públicos actuales, en los que prima la intimidad, tal y como descubrimos en el blog «Ciencia histórica», en Roma estas instalaciones hacían honor al calificativo de públicas. Así, su entrada no solo estaba abierta a cualquier ciudadano, sino que una vez en el interior, las necesidades fisiológicas se hacían a la vista de todos los presentes, sin que existiera ningún tipo de separación o mampara que dividiese el espacio entre los distintos «excusados».
Así, los aseos públicos combinaban su función de alivio fisiológico con la de ser una actividad social más de entre las muchas que cultivaban los miembros de la sociedad romana.
Junto a esta llamativa característica, destaca también el método que empleaban para limpiarse el trasero. A falta de papel, en los baños frecuentados por las clases privilegiadas se usaba una esponja de mar atada al extremo de un palo, que luego era lavada en un canal de agua salada que corría en el suelo. En los barrios pobres, en cambio, tenían que recurrir a las manos, opción que fue adoptada durante siglos por otros muchos pueblos. No obstante, estos baños poseían una fuente destinada a que sus usuarios pudieran lavarse las manos tras utilizarlos."
 También, hoy en día, se puede admirar la primera publicidad conocida de la historia.
















En el Museo Arqueológico se pueden ver unas llamativas figuras eróticas, que datan del s. II a.d.C.

Otra curiosidad es que sus templos, incluido el de Artemisa, sirvieron como bancos y que, en su época también tuvo turistas famosos como lo fueron Marco Antonio y Cleopatra que visitaban la ciudad con asiduidad, así como Cicerón y Julio Cesar, entre otros.

Fue la primera ciudad en el mundo que iluminó sus calles ya que en las columnatas dobles flanqueadas por pórticos se ponían faroles dispuestos en dos filas que iluminaban las avenidas al caer el sol.

Éfeso también desempeñó un papel importante en el desarrollo del cristianismo. A Éfeso, en el año 10 de la era cristiana, llegó San Juan el Evangelista acompañando a la Virgen María. Es en Éfeso donde ocurrió la asunción de la Virgen María, se puede visitar la que fue su casa en la que pasó sus últimos años y que ha sido reconocida por el Vaticano como santuario cristiano. En los años 431 y 449 d.C. se celebraron sendos concilios de la iglesis primitiva.

Finalmente, os dejo un link con una interesante visita virtual en 360º, que ilustra de forma exhaustiva el lugar de Éfeso.  Es muy bueno y completo, os recomiendo verlo en pantalla completa y estoy seguro de que os gustará:

Atardecer en Pamukkale ( Hierápolis )

Pamukkale, por su rareza y espectacularidad, constituye una de las maravillas naturales del mundo. Su nombre, en lengua turca, significa "castillo (kale) de algodón (Pamuk)".  "Castillo de algodón" describe bien la extraordinaria arquitectura edificada por las sales minerales de color blanco que deposita una fuente de aguas termales.  


Pamukkale se encuentra en la península de Anatolia, formando una blanca colina alrededor de Denizli, la capital de la provincia.


Las terrazas de agua en forma de grandes caracolas de curvaturas blanquecinas de este castillo reflejan el sol dando lugar a una combinación de brillos y mates que se va transformando con la posición del sol a lo largo del día.



El agua termal brota sin cesar del interior de la tierra con un caudal de 240 litros por segundo, a 36ºC.  En su camino hasta la superficie se enriquece con toda clase de sales minerales y con carbonato cálcico.  El agua, en contacto con el aire se evapora y el carbonato cálcico se solidifica como si fuera mármol travertino, formando una toba calcárea en capas sucesivas.  La naturaleza se petrifica y se muestra tan blanca como la nieve, o mejor dicho, como un castillo de algodón.



Muy cerca de esta construcción natural , los romanos edificaron Hierápolis, una gran estación termal próxima a las fuentes cuyos vestigios, desperdigados por los sucesivos terremotos a lo largo de la historia, afloran a ras de suelo.  Pamukkale se encuentra en un límite de placas tectónicas.




Hierápolis era también un centro de culto a la diosa Cibeles, diosa de la tierra y de la fertilidad.  El bienestar y la riqueza caracterizaron esta ciudad santa, con su gran complejo de aguas termales curativas que refleja muy bien la cultura romana de los baños y que conocían muy bien las propiedades curativas de estas aguas. 


Todavía hoy se usa esta popular piscina esparcida con fragmentos de mármoles de columnas que ocupa los restos de un estanque sagrado asociado al templo de Apolo.


La ciudad se fundó en año 188 a.d.C. como bastión fronterizo por orden del rey de Pérgamo llamado Éumenes II.  En 133 a.d.C. se convierte en parte de la provincia romana de Asia.  Entre 193 y 217, florece la nueva Hierápolis bajo el mandato de los emperadores romanos Septimio Severo y Caracala. 


La ciudad llegó a tener 100.000 habitantes y disponía de un gran teatro dedicado a la diosa Artemisa, construido en el año 200 con cabida para 15.000 espectadores que se conserva muy bien en la actualidad. 


El escenario se elevaba sobre dos pisos y ofrecía un espacio en dos niveles separados para la orquesta y los actores.  Los relieves que decoran el escenario muestran escenas de la vida de Artemisa y son de una gran belleza.


En la siguiente foto se observa el arco de Domiciano que da entrada a la vía principal de Hierápolis, una amplia avenida con columnas llamada Plateia.


Hasta el s IV, Hierápolis fue un activo centro comercial que floreció sobre todo gracias al comercio de la lana teñida.  El agua termal tiene propiedades excelentes para teñir o tratar la lana en una gran variedad de tonos. Las relaciones comerciales con Roma fueron especialmente intensas.


En el s IV, sin embargo, el bienestar se vino abajo ya que Bizancio impidió el comercio con Roma lo cual provocó un repentino final del balneario.  Los baños se transformaron en iglesias durante el período bizantino.


No muy lejos de ella, se han hallado más de 1.200 enterramientos en forma de sarcófagos, túmulos y tumbas... en lo que es la mayor necrópolis de Asia Menor.  En este cementerio gigantesco se guardaban los restos de numerosos enfermos que acudieron a Hierápolis para curarse y no lo consiguieron.



Cada sarcófago cuenta una historia, son pequeñas obras de arte, testimonio de las diferentes culturas que llegaron hasta las cálidas aguas de esta cosmopolita ciudad en su época de mayor esplendor.



 



Regresemos al "castillo de algodón y dejémonos llevar por el placer de observar el efecto de la luz del crepúsculo sobre esta maravilla de la naturaleza en una secuencia que se repite cada día como si de un espectáculo de la naturaleza se tratase.


Os dejo esta secuencia que espero os de una idea de lo que allí vivimos los que estábamos ese día 9 de abril de 2009









Estambul: Todo su Patrimonio de la Humanidad en un recorrido por la historia y el arte utilizando la línea azul del metro

Estambul es la única ciudad del mundo que se asienta sobre dos continentes: Europa y Asia.  En ella convergen las civilizaciones del Oriente y del Occidente y ha sido un permanente cruce  de las culturas bizantina, romana y otomana a lo largo de sus más de 26 siglos de historia.  

Es esta enorme riqueza y diversidad lo que más fascina al visitante de esta ciudad.  Istanbul nos ofrece un enorme catálogo de museos, palacios, mezquitas, bazares y espectaculares vistas. 


He estado muchas veces en Istanbul. Ya describí en otro post "Una noche de Ramadán en Estambul". http://blogdeviajesviajaryaprender.blogspot.com.es/2011/02/noche-de-ramadan-en-instambul.html.  Es una ciudad a la que siempre he querido volver. 

Nunca, hasta ahora, había realizado un post por encargo.  Mi hermana y un grupo de amigos pasarían un fin de semana en la ciudad de Istanbul y me pidió consejo para realizar un recorrido por sus principales lugares históricos.  Es difícil extraer toda la esencia de esta impresionante ciudad en un corto artículo, pero la inspiración me dijo que una forma de dar coherencia a mi propuesta y de proporcionar una referencia clara al grupo (se me había dicho que alguna de las personas del grupo tenía problemas de movilidad) sería el utilizar la línea azul del tranvía que atraviesa la ciudad.

Para una mejor utilización del tiempo, les recomendé utilizar el hotel Barceló Eresin Topkapi por su ubicación, habitaciones, desayuno y servicios. Pero, lo más importante de todo, tiene la parada del metro (tranvía) de Pazartekke a la misma puerta del hotel.



La línea azul de tranvía Bagcilar-Kabatas une la mayor parte de los importantes monumentos de Estambul. Se trata de una línea de 19,5 km de longitud, con 31 estaciones que, en 40 minutos de trayecto recorre un gran número de lugares y edificios históricos.

En su primer tramo, la línea recorre una parte de las Murallas de Teodosio, en tiempos constituyeron una fortificación impenetrable.  Se  extienden a lo largo de siete kilómetros desde el Mar de Mármara hasta el Cuerno de Oro.  La UNESCO ha declarado las murallas y la zona que las circunda como una de las herencias culturales de la Humanidad.



El tranvía es nuevo y muy confortable.  El precio, si no me falla la memoria es de 4 liras turcas.  Ya no se utilizan el jetton, una monedita metálica especial que permitía el acceso al andén de la parada, sino que hay que comprar los tickets en establecimientos o máquinas expendedoras.



Vamos a enunciar los principales monumentos y curiosidades a los que se acceden desde las paradas más significativas de este tranvía.  Indico los últimos horarios de que dispongo, pero recomiendo que se confirmen in situ, utilizando las guías turísticas o la información disponible en internet.

1.- Parada de Laleli:



Mezquita Tulipán, abierta sólamente en horas de culto.  es mejor ejemplo de estilo barroco.  En el interior hay una gran sala con ocho columnas en la que se instala un mercado.



Muy cerca, el Jan de la Gran Piedra, con varias tiendas y un restaurante.  Para llegar, girar a la izquierda al salir de la mezquita, por Fethi Bey Caddesi y tomar la segunda calle a la izquierda hacia Çukur Çesme Sokagi.  El Jan se encuentra al fondo de un largo pasaje que sale de esta calle.



2.- Parada de Beyazit: 

 
El Gran Bazar: Abierto de lunes a sábado, de 9 h a 19 h

El Gran Bazar, Kapali Çarsi, fue fundado por Mehmet II, es un laberinto enorme de calles abovedadas en el barrio de Beyazit  una ciudad fundada para el comercio. Es, posiblemente,uno de los mercados tradicionales más variados del mundo. 


La puerta más utilizada, la más próxima a la parada del tranvía, es la de Çarsikapi.  Ocupa un total de 35 Ha., unas 80 calles, cuenta con más de 4.500 tiendas en las que trabajan más de 15.000 personas. Además, el Gran Bazar, dispone de una mezquita, 12 capillas, un pozo y 6 fuentes.


Entre los objetos más apreciados de este comercio figuran: los samovares, los narguiles, los trabajos de orfebrería y cobre, las piezas de ónice, disfraces para niños, trajes de bailarina de danza de vientre, cajitas de madera, de nácar y de marfil, y, por supuesto, joyería en oro de todos los diseños.
Se ha calculado que cada día pasan por el Bazar unas 15.0000 personas y que, en los escaparates de los joyeros hay unas 10 toneladas del preciado oro. 



El Bazar del Libro: Abierto de 8 h a 20 h, todos los días.

A diferencia del Gran Bazar.  Los precios de los libros son fijos, no se permite regatear


La Universidad de Estambul

Con su entrada  monumental y un animado ir y venir de estudientes en los días de curso.  En 1866, se construyó un cuartel militar  que es el edificio que vemos hoy  en día.










                                                                                       

Mezquita de Beyazit. Abierta de 9 h a 22 h (verano) y de 9 h a 19 h (invierno)

La plaza de Bezayit (hoy llamada plaza de la Libertad y, antiguamente: Plaza de los Toros) fue mandada construir por el emperador bizantino Teodosios y está siempre muy animada, quizás el lugar más animado de la ciudad antigua. Entre semana se celebra un mercadillo. Destaca la puerta de estilo morisco que da entrada a la Universidad, la Torre de Bezayit , de 85 m, y la Mezquita, de 1506, la más antigua que se conserva. En su patio interior hay una bonita fuente y, si todavía sigue ahí,  un vendedor de perfumes durmiendo, como el de la foto.

La mezquita imperial es la más antigua que aún se puede admirar en Istanbul y presenta una planta  en forma de cruz latina invertida 8de gran similitud con la de Santa Sofía), precedida por un patio rodeado de pórticos.  En el mausoleo octogonal de roca caliza verde situado detrás de la mezquita está enterrado el sultán Beyazit y, en el que se encuentra a su lado, está su hija.


3.- Parada de Çemberlitas: 


Columna de Constantino, tambien conocida como Örme Sütun, se encuentra en la Plaza Çemberlitas , estaba rematada por una estatua del emperador Costantino y data del s. IV.

Los baños Çembelitas, de 1584 que es un buen lugar para un baño turco ya que el personal está acostumbrado a los visitantes extranjeros


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Mausoleo de Mahmut II. Abierto todos los días de 9 h a 17 h.

En el número 82 de la calle Divan Yolu de Estambul se encuentra la tumba del sultán Mahmut II.  A pesar de su nombre, aquí se encuentran, también,  las tumbas de los miembros de la familia . El patio junto a la tumba se ha convertido en un cementerio  poetas, políticos, y escritores. hay, además, un buen café
 
Centro de Artesanía de Estambul. Abierto de 8.30 h a 17.15 h, todos los días.

Ocupa una antigua escuela coránica y se pueden ver artesanos turcos trabajando.  En la puerta de al lado se encuentra el hotel Yesil Ev, un edificio otomano restaurado con un café en su patio 



4.- Parada de Gülhane: 

Museo Arqueológico


Una de las mejores colecciones del mundo de arte antiguo.  Tesoros de todas las partes del antiguo Imperio Otomano: sarcófagos, cerámicas y otros tesoros.  No perdere: El sarcófago de Alejandro Magno de s. IV a.d. C., ni el Mihrab de Karaman, ni el Tratado de Kadesh, el tratado de paz más antiguo que se conserva de 1269 a.d.C.

 
El Palacio Topkapi

Sobre un cabo, entre la confluencia del Bósforo y el Cuerno de Oro, se alza el Palacio de Topkapi.  Durante 400 años, los sultanes otomanos gobernaron desde este opulento entorno, que fue mandado construir por Mehmet II, poco después de conquistar Constantinopla.  Se trata del palacio más grande de los que se conservan de la época otomana y contiene una serie de pabellones en torno a cuatro grandes patios.  Se trata de una versión en piedra de los antiguos campamentos otomanos. 


Entrando por la puerta llamada Bab Humayun o Puerta Imperial, nos encontramos  en el primer patio donde hay un magnífico jardín arbolado.  La fuente monumental es uno de los mejores ejemplos del arte turco del XVII. En torno a este patio se situaban las panaderías, la casa de la moneda, el cuerpo de guardia, las leñeras y los huertos de palacio. Dos edificios destacan en este patio: el Pabellón de Azulejos y la Iglesia de Santa Irene, construcción bizantina del s. VI.



Al segundo patio se entra por la Puerta de la Salutación, o Bab-üs Selam, y, después por la Puerta Medianera, llamada Orta Kapi. En este segundo patio se encontraba el departamento administrativo del Estado.  En el mismo patio se recibían a los embajadores extranjeros y tenían lugar las ceremonias oficiales. Se cuenta que, en la presencia entre 5.000 y 10.000 personas durante estas ceremonias, reinaba el silencio absoluto.


El Harén consta de unas 400 habitaciones situadas alrededor de pequeños patios recónditos y de largos y estrechos pasillos.  Allí se alojaban la madre del Sultán, sus hermanas y sus hijas, así como las "cariyes" o concubinas y los eunucos negros, que vigilaban el harén.  Las concubinas era esclavas elegidas entre las más bellas y sanas de distintas razas, ingresaban en el harén desde la niñez y recibían durante años una educación especial bajo una rigurosa disciplina.  Las que supieran ganarse al Sultán, podrían incluso llegar a ser su esposa. 


Al tercer patio se entra por la Puerta de la Felicidad.  Nadie podía atravesarla sin poseer un permiso especial y estaba controlada por los eunucos blancos.  Aquí se encuentran: el Centro Imperial de Enseñanza Superior, la Sala del Trono, el Tesoro Privado del Sultán y las Salas de las Sagradas Reliquias.


Todos los criados que servían en la Sala del Trono eran sordomudos, por  motivos de seguridad. El trono es de oro y pesa 250 kilos.


El Tesoro de Topkapi contiene la colección más rica del mundo. todas las joyas exhibidas son auténticas y originales. Obras maestras de la joyería de todos los tiempos y lugares. 


En el cuarto patio se encuentran los pabellones de los jardines y, entre ellos, el Pabellón de Bagdad, el único edificio de madera del palacio. 


Para finalizar, no dejar de visitar la Biblioteca de Ahmet III 






Baños Turcos de Cagaloglu

Son los más suntuosos de Estambul. Fueron construidos en 1741.  Disponen de secciones completamente separadas para hombres y mujeres.  Cada sección tiene tres partes: el camekan, el sogukluk y el haranet. Se puede entrar a echar un vistazo y atomar una bebida el el tranquilo camekan.


5.- Parada de Sultanhamet: 


Plaza de Sultanahamet separa dos de los monumentos más emblemáticos de Estambul: Santa Sofía y la Mezquita Azul. En otra plaza cercana se encontraba el Hipódromo de Bizancio, un estadio para carreras de carros construido por los romanos  hacia el 200 d.de C.



La Mezquita Azul


También conocida  como la Mezquita del Sultán Ahmet, fue construida durante el reinado del decimocuarto sultán otomano, Ahmet I, entre 1603 y 1617.  La mezquita fue construida junto con una madraza, un asilo, un lugar para la venta de artesanía, un kervansaray, una fuente y un külliye.  El lugar elegido para la construcción fue el centro de la ciudad, y cerca del Palacio Topkapi , en el lugar en el que estaba emplazado el hipódromo romano.


Es la mezquita más grande y fastuosa de Istanbul, en ella destacan sus 6 minaretes y recibe su nombre de los 21.043 azulejos de Iznik de color azul que decoran su interior, que fueron confeccionados en el palacio.  La cúpula central y las semicúpulas tienen una extraordinaria y elegante armonía.  


La hermosa cascada de cúpulas forma un impresionante conjunto que se puede ver desde el patio inferior.  El interior  de las cúpulas y semi-cúpulas está pintado con diseños arabescos y decorado con azulejos procedentes de Iznik, es su mayoría azules.   



El Hipódromo


Se piensa que este estadio pudo acoger hasta 100.000 espectadores, pero, actualmente, es un jardín público que conserva algunos restos que permiten hacerse una idea de la importancia del lugar.  

El monumento más importante del Hipódromo es el Obelisco Egipcio de 25,6 m de altura, que originariamente fue colocado en Hieropolis por el faraón Tutmes III en conmemoración de la gran victoria de su ejército en Mesopotamia.  Fue traído de Luxor por Constantino para ganarse la estima y admiración del pueblo.  Es una rara especie de obelisco de granito de color rosa y se levanta sobre un plinto romano adornado de relieves que fue construido en el s. IV d. C, y que muestra al emperador Teodosio I con su familia y miembros de la nobleza presenciando las carreras desde el palco imperial, también aparecen los espectadores, un conjunto de bailarines y músicos  así como varias escenas de carreras..  Es el monumento más antiguo de Istanbul.


Junto a él, se encuentra la Columna Serpentina, que data de 479 a. d. C., que fue mandada trasladar por Constantino I  en barco desde Delfos, donde fue colocada en un principio. Se compone de 3 serpientes enroscadas entre sí, cuyas cabezas constituían el trípode sobre el que se  sostenía una caldera de oro que no se ha conservado. 

La tercera columna es la de Constantino Pofirogénico o Columna de Bronce.


Santa Sofia 

Se trata de la iglesia basílica más importante de Bizancio, con más de 1.400 años de antigüedad.  


El edificio combina elementos de la arquitectura cristiana, como la cúpula y las pechinas, con otros del islam, como minaretes, espolones y grandes contrafuertes.

Es impresionante su nave interior, un inmenso espacio cubierto por una enorme cúpula nevada de 58 m. de altura por 31 de diámetro.  Recomendamos una atenta visita de la Nave, los espléndidos Mosaicos bizantinos, el Mausoleo de Selim II, el Sadirvan... y, sobre todo, el recorrido por la parte alta subiendo por las rampas de piedra y las vistas desde las pequeñas ventanas del piso superior.

Santa Sofía fue utilizada como iglesia durante 916 años, desde  su construcción en el año 537 hasta el día de la conquista de Istanbul en 1453.  Desde esta fecha hasta 1934, se utilizó como mezquita.  En febrero de 1935, fue inaugurada como Museo Ayasofya (Sabiduría Sagrada), después de una costosa restauración por orden de Mustafá Kemal Atatürk. 





















Cisternas de Yerebattan o de la Basílica.

Se trata de la mayor de las 60 cisternas construidas en Istanbul  durare la época bizantina y una hermosa pieza de la ingeniería, con una capacidad de 80.000 m3.  Se construyó en 532, bajo el reinado de Justiniano, para satisfacer las crecientes necesidades de agua del Gran Palacio.  Tiene 336 columnas de 8 metros de altura con capiteles corintios del s.V, repartidas en 12 hileras de 28 cada una.  No perdese, al fondo a la izquierda, las dos columnas en cuya base se encuentra la Diosa Medusa.  Fue utilizada hasta el siglo XVI y restaurada a mediados del XIX.





6.- Parada de Eminonu: 


Puerto de Eminonu

El  puerto desde el cual parten los transbordadores hacia diversos destinos y también los que recorren el Bósforo.  Un lugar muy bullicioso.


Bazar de las Especias

Se construyó en 1660 como parte del complejo de la mezquita Nueva y siempre ha estado asociado a la venta de especias, sobre todo las orientales.  Se conoce también como bazar egipcio porque fue construido con los aranceles a las importaciones egipcias. En el Bazar de las Especies hay 97 tiendas, en las que se pueden comprar cientos de especies, pastirma, quesos, mermeladas, frutos secos, lokum, esponjas naturales, perfumes orientales...

 
Mezquita Nueva

Es una de las más importantes de la ciudad.  La construcción de la "Yeni Cami", la última de las grandes mezquitas que se construyeron en la época clásica otomana,  se prolongó durante 66 años, mucho más que ningún otra, por la muerte de su arquitecto, por falta de financiación y por dificultades técnicas,, ya que el mar llegaba hasta la plataforma de 3 metros sobre la que se levanta la mezquita.


La mezquita mantiene una exquisita armonía entre las cúpulas y su forma "piramidal" parece que la eleva hasta el cielo.  Tiene un importante claustro monumental y, en el pasado, la mezquita contaba con un hospital, una escuela y unos baños públicos.  Al fondo, en la galería de la esquina izquierda, se encuentra el palco del siltán, que comunica con sus aposentos privados.




Mezquita de Rüstem Pasa.

La mezquita se construyó en el barrio de Tahtakale, cerca del bazar egipcio y dentro del bazar de ferreterías.  El lugar no parecía muy adecuas, por eso, el arquitecto Sinan la construyó encima de una plataforma de tiendas para que se pudiera ver desde la ciudad.  Difícil de encontrar, esta mezquita se eleva sobre las bulliciosas tiendas del barrio que rodea al Bazar de las Especias.  En ella se pueden admirar los azulejos más hermosos que existen en la ciudad que recubren todo el interior y una parte de la pared exterior.









7.- Parada de Kabatas: 

Palacio de Dolmabahçe.

Con 600 metros de fachada, este  opulento palacio barroco del s. XIX, construido por el sultán Abdülmecit, es el símbolo de la grandeza otomana.  Resalta una espectacular Puerta Imperial.  El palacio puede verse únicamente apuntándose a una de las dos visitas guiadas que se ofrecen.  La mejor de elllas recorre la parte del palacio reservada para los hombres y alberga las dependencias oficiales y la enorme sala Ceremonial, con 56 columnas y una inmensa araña de cristal.  La otra recorre el harén y las habitaciones personales del sultán y su séquito.


Ataturk, el fundador de la República Turca, falleció en Dolmabahçe, el 10 de noviembre de 1938.




Medicidiye Camii

 Esta  mezquita fue construida en 1855 por uno de los arquitectos del palacio.  Se encuentra junto al paseo marítimo está dominada por el imponente Puente del Bósforo 




Línea Gris a la Plaza Taksim


Desde   la parada de Kabatas se accede a un funicular que nos lleva a la Plaza de Taksim, el centro moderno de Estambul. Desde allí, vive la nueva Estambul en los alrededores de la calle Istiklal Caddesi, el corazón de la ciudad del siglo XXI, que va desde la Plaza Taksim hasta la Torre Gálata, con sus calles adoquinadas gastadas por el paso de los siglos. 

Al atardecer, las orillas del Bósforo se llenan de una delicada luz rojiza que ilumina a la que fue capital del Imperio Romano de Oriente, de Bizancio y del Imperio Otomano, realzando el esplendor de un pasado glorioso y un futuro de modernidad.