Mostrando entradas con la etiqueta Patrimonio de la Humanidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Patrimonio de la Humanidad. Mostrar todas las entradas

Egipto - Templo de Abu Simbel


Desde el avión que nos llevó cómodamente desde Aswan a Abu Simbel tuvimos una panorámica increíble del inmenso desierto y aquel océano que es el lago Nasser. 


La obra de recuperación de los templos que iban a ser sumergidos por la presa fue titánica y un éxito de la colaboración internacional. Casi tan titánica como la construcción del gran templo de Ramsés II y el de la diosa Athor, excavados en la roca. 


Los templos fueron trasladados piedra a piedra desde su emplazamiento primitivo hasta el actual. Así se evitó que se perdieran para siempre después de haber sido rescatados también de la arena en 1817. El templo dedicado “a sí mismo” muestra cuatro grandes colosos de 20 metros con la imagen de Ramsés II que vigilan la frontera del Alto Egipto como advertencia a los invasores provenientes del sur.


En el interior los relieves muestran escenas guerreras sobre el valor del faraón en la batalla de Kadesh contra los Hititas en la zona de la Siria actual que tuvo lugar en 1274 AC. 


Atravesamos las dos salas de columnas disfrutando de los relieves, a estas alturas del viaje ya nos considerábamos unos pequeños expertos, hasta llegar al santuario sagrado en el que Ramsés nos dejó un pequeño truco astronómico: Aparece su majestad sentada junto con la tríada titular de dioses y dispuesto de tal manera que el día 21 de febrero, cumpleaños de Ramsés y el 21 de octubre día de su coronación, los rayos de la luz del sol iluminan las estatuas de Ramsés, Ra y Amón, pero no la de Path situada a su izquierda, que lo relacionaba con el inframundo. 


De menores dimensiones, pero de líneas más delicadas está el cercano templo de Athor dedicado por Ramsés II a su esposa Nefertari. 


Mucho debía apreciar Ramsés a Nefertari pues no solo le dedicó un templo, sino que consintió que sus estatuas fueran del mismo tamaño que las suyas. En total 6 estatuas de 10 metros y algunas más “enanitas” de sus hijos.








                                  
Textos: Javier Pérez Sousa                  Fotografía: Carlos Marcos














Egipto-Crucero por el río Nilo

Capítulo 5 basado en el relato escrito por nuestro compañero y amigo Javier Pérez Sousa sobre de nuestro viaje al corazón de Egipto, un formidable trabajo titulado "EN LA TIERRA DE LOS DIOSES VENIDOS DE LAS ESTRELLAS"  

https://www.icai.es/wp-content/uploads/2023/02/EN-LA-TIERRA-DE-LOS-DIOSES-VENIDOS-DE-LAS-ESTRELLAS-21-1-23.pdf 

El río Nilo atraviesa, como un milagro, el inmenso desierto del norte de África. A sus orillas llegaron los primeros humanos que se maravillaron de la vida que surgía cíclicamente en sus riberas y paso a paso también se produjo el milagro de la civilización. Muchos arqueólogos-astrónomos modernos están convencidos de que la astronomía egipcia conocía el desplazamiento de las estrellas producido por el ciclo del eje de la tierra cada ¡25 mil años! Entonces nos preguntamos, ¿Cuándo empezó todo? No lo sabemos, pero con seguridad mucho antes de todo lo que hasta hoy conocemos. 

Aquellos hombres miraban al cielo del desierto cuajado de estrellas y veían en el río sideral de la vía láctea, el río de los dioses reflejo del río de los hombres, un río inalcanzable e inmutable y a tientas, trataron de desvelar el misterio de su existencia durante muchos miles de años. Y en ese esfuerzo de búsqueda y creación construyeron cosas inimaginables y articularon un hermoso y complicado universo virtual como refugio al caos de la vida y a los interrogantes de su existencia. 

A bordo del Acamar, los más inquietos se hicieron amigos del capitán que con su chilaba más parecía un conductor de camellos que de barcos. 


Algo cansados cambiamos la arqueología de profundos pensamientos por el solaz y disfrute de la navegación en la terraza de nuestro buque Acamar. 
Modelo muy conseguido de “caja de zapatos” flotante, aunque una maravilla en cuanto a comodidad. 


Y así fuimos subiendo río arriba hacia el sur camino de Aswan. Muchos barcos nos precedían y muchos nos seguían. Ya se sabe, en el desierto siempre se va en caravana. Y todos disfrutamos del cielo azul, de la preciosa imagen de las falúas a vela surcando el río, de la caída del sol y la salida de una preciosa luna llena que fue compañera de nuestro viaje.

Y navegando, navegando, llegamos a los templos ptolemaicos de Edfú y Kom-Ombo. 


Edfú fue construido en el 237, dedicado al dios Halcón Horus, el hijo de Amón del que ya hablamos, quien, a pesar de que le faltaba un ojo y tenía cara de ave, para los romanos era el mismísimo Apolo. 




Kom-Ombo tiene la particularidad de ser un templo doble, casa de dos dioses. Por un lado, Sobek el simpático cocodrilo protector de los reptiles y los reyes, y por otro Haroeris, que es como una versión antigua de Horus. Ambos templos quedaron sepultados por la arena ¡casi 12 metros! y gracias a ello se conservaron intactos a salvo de nuestra acción destructiva. 


Casi todos los templos Ptolemaicos se edificaron sobre otros más antiguos manteniéndose fieles a la religión y tradición de la arquitectura egipcia, aunque con una delicadeza en los relieves y perfección en los capiteles que sin duda proviene del mundo helenístico. 


Las inscripciones en sus paredes proporcionan información importante sobre el lenguaje, la mitología y la religión durante el mundo grecorromano en Antiguo Egipto. En particular, sus textos dan información sobre la construcción del templo como “Isla de la Creación” y relatan el drama sagrado de la lucha entre Horus y Seth. Nuevamente la lucha del bien y el mal. 



La anécdota del día no fue solo visitar un museo ¡dedicado a los cocodrilos!, sino el recorrido por parejas en las rápidas y viejas calesas tiradas por un pobre rocinante y guiadas por un cochero tan hábil como arriesgado a través de las caóticas calles de Edfú. 



Impresionante la inmersión por el estrecho paso del mercado casi medieval, una preciosidad, con todo tipo de productos de la tierra, inmensas coliflores egipcias y gente que salía no se sabe de dónde como hormigas. Hay que confesar que cuando te veías rodeado por aquella multitud pasabas algo de miedo. 


La noche fue de disfraces y “desfile de modelos” de inspiración árabe. Ciertamente hay que reconocer que echamos el resto. Los había de verdadero lujo, madre mía, ¡Qué nivel! 


Nos reímos a raudales, se pasó fenomenal, y cuando la cosa se empezó a animar con el baile, Hissam (posiblemente) pensó que la juerga podría poner en peligro el horario del día siguiente, y con la excusa de que: ¡Vamos a cubierta que llegamos a Aswan!, se paró la fiesta. Y ahí se quedó la cosa, perdimos el impulso inicial y nos retiramos dócilmente. Había que madrugar para tomar nuestro vuelo a Abu Simbel.


                                  
Textos: Javier Pérez Sousa                  Fotografía: Carlos Marcos

Cinqueterre Inesperado

Después de una reunión del Executive Team con el equipo de dirección de la Región Mediterránea en la Toscana donde asistimos Carlos y yo, nos separamos, Carlos en un coche alquilado para hacer una revisión de negocio de PS en Génova y yo de vuelta a Madrid en avión.

Mi vuelo se canceló y ya no tenía sentido buscar otra combinación, pues al día siguiente tenía que viajar a Milan por la tarde. Así que llamé a Carlos, que estaba a 100 Km. de donde yo estaba, me recogió y nos fuimos para Génova, eso sí en el camino disfrutamos de la visita a la comarca de las Cinqueterre que nos quedaba de paso.

Luis Peregrina.JPG

 

En ese viaje, descubrí una faceta de Carlos, el Carlos viajero, que me sorprendió y me agradó. Fue un viaje tranquilo, relajado y quizás por lo inesperado del mismo muy gratificante, ya que fuimos parando en un montón de lugares, que Carlos previamente tenía planeado y disfrutando de la climatología y el paisaje de Italia del mes de junio.

Luis Peregrina


En agosto de 2017 organicé mi primer viaje a Nepal, uno de los países (hay muchos) que me han fascinado desde niña. Antes del viaje, lo comenté varias veces con Carlos, pues ambos compartimos la afición de viajar y la ilusión de vivir nuevas experiencias por el mundo. 

Pues, ¡cosas de la vida! durante mi estancia en el Parque Nacional de Chitwan (por suerte la última noche de nuestra estancia allí) las inundaciones que estaban asolando el país causaron el desbordamiento del Rio Rapti y la inundación de nuestro hotel.

Maria Luisa.jpg

Uno de los primeros whatsapp que recibí preguntando por mi situación fue de ¡Carlos! Claro, ¡como no!

María Luisa Nelson

Paris Connection

Cuando Carlos me hizo mi primera entrevista de trabajo para entrar en ABB, allá por el otoño del año 1997, inmediatamente ambos nos dimos cuenta de que nos habíamos encontrado antes. Y enseguida lo ligamos a una ciudad, Paris, y a un evento, la CIGRE, que se celebra siempre en la capital francesa durante  la última semana de agosto de los años pares. Nos habíamos visto los años 94 y 96, cuando hice una de las pocas presentaciones técnicas que los españoles  exponíamos en aquellos tiempos. Y tuve también la oportunidad de compartir con Carlos, como cliente en aquellos tiempos,  un paseo en un crucero a través del Sena, acto social emblema de ABB en la CIGRE. Desde entonces, en los siguientes 20 años que he compartido con Carlos ya en ABB, hemos ido juntos a este evento unas cuantas veces.

París se conoce andando y cuando deambulas, siempre encuentras rincones nuevos menos conocidos que te sorprenden. Esto lo he disfrutado y aprendido con Carlos. Además de que es necesario llevar un calzado cómodo, porque hemos hecho kilómetros y kilómetros juntos recorriendo los Campos Elíseos al acabar las jornadas técnicas.

Durante esas largas conversaciones, hemos hablado de casi todo, la familia, de viajes, de nuestra experiencia del ICAI, de la evolución y cambios de ABB en estos 20 años,.. pero sobre todo de clientes. Compartimos esa visión y enfoque de poner los clientes siempre lo primero, y en estos años Carlos ha sido un ejemplo práctico. Le recuerdo departiendo con clientes españoles en un ambiente relajado mientras entre bromas siempre metía una cuña para continuar vendiendo nuestra compañía y generar la confianza y cercanía suficiente para ser capaces posteriormente de organizar encuentros más formales sobre temas técnicos. Un ejemplo a seguir y del que nunca dejamos de aprender.

Además de París, durante los 4 años que compartimos en la Región Mediterránea, viajamos juntos a muchas encuentros en prácticamente todos los países del antiguo Imperio romano, y Carlos me enseñó que para poder entender el negocio en esos países y aportar algo, era necesario entender primero la cultura y situación del país. Que hay que hacer una inmersión cultural antes de juzgar nada. Y que además de la experiencia profesional de tratar con muchos colegas de distintos países, había que enriquecer nuestra propia experiencia personal observando el entorno en las ciudades que visitábamos, y que además del aeropuerto, el hotel y las oficinas de ABB, teníamos que ver cosas en las ciudades. Y con ese espíritu, algunas experiencias inolvidables como cuando visitando por libre la Mezquita de Casablanca nos metimos por algunos sitios prohibidos  o en esa misma ciudad, pasear por el zoco tras la cena volviendo al hotel, y ya con una cierta sensación de peligro al ser prácticamente los únicos foráneos.

Podría contar muchas más anécdotas viajando con Carlos en estos 20 años, que me sacan una sonrisa al recordarlas, pero me quedo con esa imagen del Carlos viajero, que tras una larga jornada en las oficinas de ABB de cualquier ciudad, siempre tiene ánimo para dar una vuelta y conocer algún nuevo rincón de la ciudad que nos acoge, a pesar de haber pasado por allí seguro que muchas veces.

Carlos, seguro que nos sorprenderás con tus futuros viajes y los  seguiremos con sana envidia. Continuaremos aprendiendo de ti.

Juan Bachiller


Estambul, maleta en mano

Han sido tantas cosas las que Carlos me ha enseñado en los años que compartí con él, tantas experiencias y largos momentos en nuestra sala de reunión, allá en la planta cuarta de San Romualdo…. Carlos siempre se ha caracterizado por ser un gran jefe, pero también una excelente persona que siempre le ha fascinado enseñar a los demás, así como un enamorado de los viajes.

Por ello, entre los muchos recuerdos que me llevo, creo que el viaje que hicimos a Estambul allá por 2012 fue uno de los más interesantes. Llegamos tarde al aeropuerto, nuestro vuelo iba con retraso. Era domingo y se suponía que tendríamos a un chofer esperándonos para llevarnos al hotel. Cuál fue nuestra sorpresa cuando descubrimos que no había nadie esperándonos. Después de unas llamadas, decidimos no esperar más y apresurarnos en coger un taxi que nos llevara a la ciudad. Nuestro plan inicial era ir al hotel, dejar las maletas y movernos al centro para visitarlo. Después de tanto retraso y como nuestro hotel se encontraba lejos del centro, en la parte asiática, nos dimos cuenta de que no disponíamos de tiempo para seguir nuestro plan. Yo pensaba que me iba a perder la oportunidad pero Carlos insistió en que yo debía ver la parte histórica de Estambul pues él sabía que era mi primera vez en ciudad y que no podía perderme la ocasión de visitarla. Así, con su típica y fuerte determinación, no se cortó en llevarme a visitar el centro de la ciudad con nuestras maletas en mano. Allí recorrimos la plaza del Sultanahmet, la espectacular Mezquita Azul o Santa Sofía, el puente de Gálata, el Gran Bazar o el Bazar de las Especies…. 

Carlos había estado muchas veces en Estambul, pero no le importó llevar consigo la maleta a cuestas para hacer que yo disfrutara con la visita a esta gran ciudad. Ese es Carlos, siempre dispuesto a ensenarte algo nuevo, siempre disponible y generoso con su tiempo y dedicación hacia los demás.

Después he tenido la oportunidad de volver a Estambul, pero siempre recordare con ilusión aquel día en que Carlos y yo recorrimos Estambul maleta en mano

Daniel Navarro - Estambul

Han sido muchos momentos, muchos viajes pero, sobre todo, muchas horas de esfuerzo. Sin duda, ha valido la pena. ¡Gracias Carlos!

Daniel Navarro


Imagine Africa

Con Carlos he compartido algunos viajes. No muchos. Alguna reunión con el “management” de la región mediterránea (Italia, Grecia, Francia, Marruecos, Suiza, etc., que yo recuerde ahora) y últimamente algunos más visitando clientes en España y Portugal.

Es precisamente durante el viaje de regreso a Madrid de su despedida y de mi presentación en Portugal que Carlos nos contó (a Virginia y  a mi) en la cola de embarque en aeropuerto de Lisboa un viaje maravilloso. El viaje que había realizado con su nieto el fin de semana anterior.

Un viaje a un país muy lejano. Un viaje lleno de aventuras. Un viaje lleno de emociones (en mayúsculas).

No recuerdo de que estábamos hablando, pero Carlos nos acabó contando su tarde de “abuelo” cuidando de su nieto el fin de semana anterior.

Nos contó su último viaje a África a través de las fotografías que miraban junto a su nieto en su ordenador. ¡Un viaje a África en toda regla! Un viaje ataviados con vestidos de exploradores (literal) y simulando sonidos de lugares insólitos y rugidos de animales salvajes.

África.png

Desde su estudio, con sus fotografías y con la imaginación, abuelo y nieto viajaron a África una tarde de sábado.

Lo más maravilloso, es que a través de su apasionado relato, también viajamos a África Virginia y yo desde la cola de embarque de un avión que nos llevó a Madrid pasando por un continente lleno de animales y aventuras.

Cuando Carlos habla de sus viajes no puede ocultar su pasión por viajar. Le cambia la cara.

En este caso, a su pasión por viajar se le unía su amor por sus nieto. ¡Cóctel explosivo de pasión!

Carlos, gracias por compartir tus pasiones con los demás.

Marc Gómez


Pateando París

Yendo de viaje con Carlos, estaba asegurado que algo nuevo se podía descubrir, por supuesto en las cercanas Lisboa, Estoril  o San Sebastian, aunque hubiese poco tiempo. Pero incluso los sitios de siempre podían cobrar nuevo interés gracias a la información y las anécdotas de las que Carlos es una fuente inagotable. Sobre cada rincón del planeta estoy segura que tiene algo que contar. 

Los lugares, no importa dónde, qué ver, qué hacer, qué comer, … siempre están presentes en la conversación de Carlos. Bien porque sea él el que ha ido o va a ir, o porque sabe que tú has estado o vas a ir, siempre está presto a contarte esa historia, a compartir contigo eso que tanto le apasiona, a darte ese consejo que te oriente en tu viaje. Y yo, como simple aficionada que nunca le ha puesto tanto esfuerzo a esto de viajar, pese a ser lo que más disfruto en la vida, siempre le he escuchado con mucho interés y admiración.

Recuerdo especialmente una Semana Santa, hace ya varios años en la que, comentando sobre nuestros planes de vacaciones, le dije que pensaba ir con mi familia a París. 

Rápidamente me recomendó un hotel maravilloso detrás de la Madeleine. El resto lo hizo su blog. Mi hija, que entonces tenía 15 años, estudiaba cada día el recorrido que proponía el blog y se empeñaba en cumplirlo rigurosamente. ¡La excusa de nuestro hijo pequeño, que entonces tenía 10, nos salvó la vida a mi marido y a mí, que ni con entrenamiento previo habríamos conseguido completarlo!

Niños Isabel Pérez Coca

El blog de Carlos debería contener una advertencia: SOLO PARA VIAJEROS INCANSABLES, ¡como él!. No dejes de consultarlo cada vez que viajes.

Yo lo haré,

Isabel Pérez Coca

Egipto: Tumbas del Valle de los Reyes

Tercer capítulo basado en el relato escrito por nuestro compañero y amigo Javier Pérez Sousa sobre de nuestro viaje al corazón de Egipto, un formidable trabajo titulado "EN LA TIERRA DE LOS DIOSES VENIDOS DE LAS ESTRELLAS"  

https://www.icai.es/wp-content/uploads/2023/02/EN-LA-TIERRA-DE-LOS-DIOSES-VENIDOS-DE-LAS-ESTRELLAS-21-1-23.pdf

Con el máximo respeto a sus contenidos y contando con su autorización, reproducimos párrafos íntegros en cada uno de los posts que sobre Egipto vamos a ir editando en sucesivas entregas.  He ilustrado los textos con fotografías que yo mismo fui tomando en los diferentes lugares que se describen por el cronista.  

Poco se pudo disfrutar de aquella noche en las cómodas habitaciones del Acamar porque al alba, cuando el sol todavía estaba viajando en “la barca nocturna”, salimos casi clandestinamente, con una cajita de desayuno de ración militar, para hacer un desembarco en la orilla oeste con destino al campo aerostático. 

Tras una primera espera, llegó la autorización para volar y empezó nuestra pequeña aventura. 


Acomodados en el compartimiento de la cesta correspondiente fuimos testigos del inflado de incontables globos de colores. ¡Vaya experiencia sentir como aquello se elevaba sobre los campos verdes de labor junto al rio mientras el sol salía iluminando los escarpes del valle de los Reyes con la primera luz! Menudo “subidón” el nuestro y el de nuestro “capitán aerostático” que gritaba: ¡I am the best! mientras el globo subía y bajaba según las corrientes y la temperatura del aire. 


Nunca olvidaremos a los agricultores que laboraban los campos al amanecer que cuando pasábamos rasantes nos saludaban gritando: ¡Buenos días! “Sabah Alkhayr”.

En la orilla occidental del Nilo frente a Luxor, se encuentra “Tat Iset Maat”, que quiere decir “El lugar de la Verdad”. El Maat, el orden en el universo. Es el Valle de los reyes, bajo la gran montaña origen del mundo. Con sus enigmáticas y ocres colinas que ocultan los pasadizos, antecámaras y cámaras de más de 60 tumbas excavadas en la profundidad de la roca hacia el mundo inferior. 


El lugar está místicamente relacionado con los grandes templos de Tebas, que visitamos el día anterior, en la orilla oriental del Nilo. Si trazamos una línea cruzando el río desde el templo de Karnak hacia el Oeste, donde se pone el sol, llegamos al Valle. 

A su lado está ubicado el precioso templo de Hatshepsut la mujer que quiso ser faraón y lo fue. El conjunto del valle está dominado por una montaña en forma de pirámide llamada por los egipcios “La Cima del Occidente” donde moraba la diosa protectora de la necrópolis. En la cosmogonía egipcia lo primero que surgió en la creación fue una gran montaña de la que nacieron los dioses.


Relatando las mágicas palabras del “Libro de los Muertos”, nosllamó la atención el significado profundo de esta ubicación: La dualidad oriente- occidente es característica de la cosmogonía egipcia. El este, lugar del nacimiento del sol, es el asiento de la vida, la «Tierra Negra» fértil (Kemet), territorio de Horus, dios del equilibrio, creador de la civilización egipcia. Por el contrario, el oeste, por donde el sol se pone, es la «Tierra Roja» estéril, desértica, dominio de Seth, el señor del inframundo y dios de los muertos. 



Nos sumergimos como pudimos, ayudándonos unos a otros, hacia el fondo de la montaña y bajamos a las tumbas de Ramsés III, de Ramsés IX y Meneptah, y allí pudimos contemplar los magníficos relieves policromados También nos explicaron cuál fue el destino de muchas de las momias de los faraones que aquí se enterraron. 

Cuando se abandonó la capitalidad de Tebas por Tanis en la dinastía XXI, el valle fue olvidado y saqueado. Menos mal que un sumo sacerdote de Amón las sacó y las enterró en varios depósitos escondidos gracias a los cuales se han conservado hasta hoy. 

¡Nada es permanente en este mundo y ni la magia más poderosa te pone a salvo de la maldad de los hombres! 

                                  
Textos: Javier Pérez Sousa                  Fotografía: Carlos Marcos