Todos los ríos del mundo desembocan en el mar, en un río o en un lago. ¿Todos...?. No, todos menos uno que desemboca en la arena del desierto y, allí, desaparece.
Se trata del río Okavango que nace en el sur de Angola (donde tiene el nombre de Cubango) y transcurre a lo largo de unos 1.000 km por tierras en dirección contraria al mar,, hacia el interior del continente. Al llegar a la frontera de Namibia, cambia su nombre por el de Okavango, y entra en Botswana donde se hunde dando lugar al mayor delta interior que se conoce. Desaparece en este lugar, a mitad de camino entre océanos y en el centro del cono sur del mapa africano.
Nos hemos desplazado hasta Maun, “la puerta del delta del Okavango”. La ciudad es una mezcla de capital moderna y chozas para los indígenas. Desde los años noventas d el turismo ha favorecido un rápido crecimiento de la ciudad en las dos riberas del río Thamallakane.
Maun posee numerosas tiendas, hoteles, restaurantes y bares, y en ella es posible alquilar vehículos especiales para viajar al delta o una avioneta desde la que desplazarse a alguno de los aeródromos que menudean en los pantanos. Este fue nuestro caso, utilizamos una avioneta para llegar a nuestro alojamiento en pleno centro del delta
Aunque estemos en la zona del desierto del Kalahari. La imagen aérea del delta es sensacional: en mitad de la aridez de esta zona del desierto, lenguas de agua tiñen de verde su recorrido hacia el sur. El vuelo que se puede hacer en avioneta desde Maun ayuda a hacerse una idea magnífica de la zona.
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