Mostar, la perla de Herzegovina

Bajo las montañas de Velez y Prenj, a orillas del Neretva, se encuentra la ciudad de Mostar, la "perla más grande del collar de Herzegovina".



Mostar tiene ya cinco siglos de antigüedad.  En el 1452, gente de Dubrovnik menciona Mostar en un escrito sobre algunos problemas en el reino del Duque Stjetan. Entonces, era un pueblo de 20 casas situado en las dos orillas del río, conectadas por un puente da madera y cadenas "gordas como un brazo de hombre". En ambas orillas existían torres de guardia en las que habitaban los "mostari" o guardias del puente y de ahí proviene su nombre: Mostar.


En 1468, los turcos tomaron la ciudad y establecieron el Neretva como una conexión natural entre el norte y el sur con el mar Adriático. El puente se constituía como la conexión principal entre el este y el oeste, por lo que en el 1557 comenzaron la construcción de un segundo puente, esta vez de piedra.

El Puente Viejo o "Stari Most" representa el más famoso símbolo de Mostar. El detalle especial que aumenta su atractivo son las dos torres, llamadas Halebija (margen derecha) y Tara (en la izquierda).
En esta encrucijada de caminos, la ciudad crecía y floreció un importante mercado de artesanía aumentando progresivamente el numero de tiendas y talleres artesanos. Mostar alcanzó su época dorada en el siglo XVI. Se construyeron mezquitas y otros monumentos y edificios públicos. La ciudad se convirtió, así, en el centro comercial y económico de la zona. El desarrollo continúa en el siglo XVII en el que se construyen más mezquitas, colegios religiosos (mekteb), fuentes públicas, baños públicos (hamam), moteles (ham) y carreteras...
No me voy a extender en la complicada historia de esta región que 1875 declara la guerra al Imperio Otomano y que, en el Congreso de Berlín, en 1876, se añade al Imperio Austro-Húngaro.  Con este Imperio, se aceleró el desarrollo de Mostar: construcción del ferrocarril, la fábrica de tabaco y explotación de las minas de carbón.  La Primera Guerra Mundial trajo hambre, muerte y destrucción a estas tierras y significó el fin del Imperio Austro-Hungaro. Mostar siguió su vida dentro del reino yugoslavo, hasta la Segunda Guerra Mundial.
Después de esta guerra, vino una recuperación rápida. La ciudad se extendía y la población aumentaba.  La fábrica de aviones "Soko" y la fábrica de aluminio empleaban a miles de ciudadanos.  En este tiempo, Mostar se convierte en una ciudad universitaria.

En la primavera 1992, la guerra en la ex-Yugoslavia llegó a Bosnia y Herzegovina.

Mostar pagó un alto precio en el 93 por el valor de su posición geográfica. Todos los puentes fueron derribados con la intención de convertir al Neretva en frontera natural entre el este y el oeste de estas regiones, incluso el hermoso puente de piedra "Stari Most". La zona centro de la ciudad fue destruida completamente.

Los croatas estaban decididos a convertir la región de Herzegovina en un feudo propio en los que serbios y bosniaks no tenían lugar. El 9 de mayo de 1993 los croatas lanzaron un feroz ataque sobre los musulmanes hasta conseguir tomar la zona oeste de la ciudad y expulsar a los musulmanes que vivían en este lado de la ciudad. Los croatas tenían las de ganar gracias a su mejor armamento suministrado por Croacia e iniciaron un bombardeo sin tregua sobre la parte musulmana de la ciudad.

Copio un párrafo en inglés que describe muy bien el Stari Most

" – 24 metres high and 30 metres long – seems to defy the laws of physics, tapering towards the middle like a pinched rainbow as it arcs across the Neretva. For more than 400 years the Ottoman bridge was the hub around which Mostar gathered: mosques sprung up near it; traders traded around it and artists took it for their muse. Images of its graceful shape caught in the web of a brutal conflict filled television sets across the globe. The bridge proved more resilient than it looked, surviving the impact of 63 tank shells, but when the 64th hit and the arch came crashing down, the news tore a hole in a nation's soul."

Aunque hayan pasado más de tres lustros desde el fin de la contienda,  aún se pueden observar las cicatrices de este enfrentamiento en los muros de los edificios, quizás para que nunca se olviden las atrocidades que se cometen en las guerras.

En el año 2004, el reconstruido "Puente Viejo" fue gloriosamente inaugurado., devolviendo a Mostar el conocido sentimiento de conexión con el pasado y de la fe en un futuro mejor. El puente que separa y une al mismo tiempo a las dos comunidades que protagonizaron los enfrentamientos, los católicos croatas, que viven al oeste del puente y los bosnios musulmanes que residen al este. El puente, actualmente, es el símbolo de la concordia entre las dos comunidades religiosas.   
Desde 2005, el antiguo centro de la ciudad y el puente se convirtieron en Patrimonio de la Humanidad bajo la protección de la UNESCO.

Kujundziluk es la parte del casco antiguo en la orilla izquierda conocida por los talleres de artesanos y sus tiendas. Su nombre viene de estos talleres llamados "kujundzije": hierro, piel, seda, sables, cuero, armeros...


















La Mezquita de Karadozbeg es la mezquita central de Mostar, construida por el Mehmed Karadoz e 1557.


Solamente se ha reconstruido la parte exterior, por lo que todavía no se pueden admirar la belleza de las pinturas interiores que decoraban las paredes antes de la guerra. En su patio, se encuentran una fuente brillante (sadrvan) y un colegio religioso (medersa)
Mostar tiene un aire mediterráneo, a pesar de ser una ciudad interior,en la vega del Neretva encontramos: granadas, cerezas, higos y uvas. Estuvimos en Mostar un 30 de julio de 2007, con un calor asfixiante de 41 grados ala sombra.
En las calles, el Ayuntamiento había dispuesto algunas mangueras para refrescar a los turistas y evitar, así, los frecuentes golpes de calor entre los numerosos turistas que se acercan a la ciudad

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