Egipto - Templo funerario de Ramsés III , en Medinet Habu

Capítulo 4.- Aún tuvimos fuerzas aquella tarde para visitar el desenterrado templo funerario de Ramsés III, situado en medio de la localidad Medinet Habu flanqueado por los muros de una fortaleza de adobe. 

El primer pilono conduce a un patio abierto, delimitado por estatuas colosales de Ramsés III y de Osiris en un lado y por columnas sin esculpir del otro lado. Las estatuas de ellos muy grandes y crecidas, y las de ellas casi minúsculas de acuerdo con el canon estándar. 

El segundo pilono lleva a un recibidor rodeado por enormes columnas que tienen la forma de Ramsés. El recibidor conduce a una rampa que, a través de un pórtico encolumnado, lleva al tercer pilono y luego a otro recibidor.


En los preciosos relieves del templo están grabadas las heroicas gestas del titular contra los enemigos de Egipto, los llamados pueblos que vinieron por el mar, los hicsos. 

Vimos “hermosa escenas” de corte de manos y cabezas, todo muy organizado y apuntado por un escriba. Incluso se han encontrado cabezas reales de prisioneros extranjeros guardadas dentro del templo. En este templo y otros que visitamos hay relieves malogrados con viruelas hechas a cincel por los cristianos coptos, que allí se refugiaron al producirse la ocupación islámica en el año 600. De ellos hablaremos más adelante. 



Permítame el lector que relate solo una pincelada de la teología de los dioses más importantes que allí vimos y que de forma recurrente encontraríamos en los relieves de todos los templos que vimos después. Estaban los personajes de la tríada de Menfis formada por Osiris, el dios del inframundo y la eternidad, despedazado primero por el malvado Seth y reconstruido después por su amante hermana y esposa, la virtuosa Isis y su hijo Horus, el dios halcón. Horus, el bien, nos espera al final de nuestra vida para pesar las obras del corazón contra el peso de una pluma y darnos acceso o no, a la eternidad de Osiris. 


Nos viene a la mente la imagen del ángel San Miguel en el juicio final pesando las almas, ¿La importamos los europeos de aquí? También encontramos la segunda tríada, la tebana, posterior, integrada por el dios Ammon, el más grande de los dioses, creador y juez de todas las cosas, su esposa Mut, diosa de los cielos y su hijo adoptado Khonsu, escriba de los dioses, dios de la luna, viajero en el cielo de la noche. 



¿Cómo olvidarnos de la inquieta barca del sol? La barca de Ra en la que viaja el astro rey en un ciclo perpetuo comparable al ciclo eterno de la vida y de la muerte. 


                                  
Textos: Javier Pérez Sousa                  Fotografía: Carlos Marcos



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