Voy a pasar unos días, pongamos que cuatro, en la ciudad de París. He estado tantas veces en París que casi podría recorrer los lugares más atractivos de la ciudad sin mapa. No obstante, me enfrento a una situación curiosa, la de cómo compaginar lo conocido y que resulta imprescindible para los otros componentes de mi grupo de amigos, con lo novedoso, la sorpresa, lo que nunca he visto hasta ahora...
Para ello, voy a organizar una serie de paseos por los lugares más emblemáticos de París y, al mismo tiempo, identificar alguna rareza que se pueda visitar durante el recorrido.
Hay quien todavía todavía sostiene que la orilla derecha del Sena es rica y próspera, mientras que la izquierda es universitaria, artista y refinada. Lo cierto es que París nació en la orilla izquierda, quizás por eso es tan apasionante.
Comenzaremos nuestro paseo desde la estación de metro de Alma-Marceau, y encontramos el Palacio Tokyo que es el espacio expositivo más vanguardista de París. Está abierto hasta medianoche y posee un restaurante, el Tokyo Eat
Al otro lado del Palacio Tokyo (Museo de Arte Moderno) por la Pasarela Debily, nos encontramos el edificio del Musée du Quai Branly, proyectado por Jean Nouvel e inaugurado en 2006. En una de sus fachadas hay un jardín vertical firmado por el botánico Patrick Blanc.
¿ Qué hacer ?: Cenar en el Restaurante Les Ombres en lo alto del Museo del Quai Branly
A su alrededor, el jardín público Gilles Clément, un espacio verde dividido en tres : El jardín en movimiento, El jardín planetario y El tercer paisaje.
Encima de nosotros está la Torre Eiffel (el mecano más gigantesco y fotografiado del mundo), y el Park des Champs de Mars, cerrado por el edificio clásico de la Escuela Superior Militar.
¿Qué hacer?: Subir a la Torre Eiffel en ascensor y bajar a pie. Esperar que las luces se pongan a brillar
El Hôtel des Invalides fue ordenado construir por Luis XIV para acoger a los veteranos y heridos de las guerras y terminó como sepulcro de Napoleón., cuyo sarcófago de cuarcita se encuentra justo debajo de la enorme cúpula dorada.
¿Qué hacer?: Comprender la Batalla de Austerlitz en los Inválidos
Al lado de Los Inválidos, una joya que no hay que perderse, se trata del Museo de Auguste Rodin (77, Rue de Varenne), el célebre escultor que siempre quiso ver sus esculturas en la calle. Aquí vivió y trabajó el gran artista desde 1908 hasta su muerte y, en el edificio del Hôtel Biron y en el jardín que lo rodea. Destacan las esculturas de: El Pensador y El Beso. También hay obras de Camille Caudel, una de sus malogradas musas.
¿Qué hacer?: Ver la “Puerta del Infierno” en los jardines del Museo Rodin
La siguiente maravilla es el Pont de Alexandre III, uno de los más largos de la ciudad, con unas farolas que son réplica de las del puente de la Trinidad en San Petersburgo y unas estatuas excelentes que sirven de contrapeso a las estructuras del puente.
Por el Quay d´Orsay vamos a pasar delante del palacio Borbón, sede de L´Assemblée Nationale, de estilo neoclásico, con 12 columnas y frontón.
¿Qué hacer ?: Tomar algo en la terraza del Café Bourbon, detrás de la Asamblea Nacional, al atardecer.
El Puente de la Concordia nos proporciona una buena perspectiva de la Plaza y su Obelisco. No olvidar la visita a la parte inferior del puente de la Concorde, a ras de río, una perspectiva muy interesante
Otro edificio singular en el mismo muelle es el que alberga el Palacio de la Legión de Honor y de las Órdenes de Caballería.
El Musée d´Orsay está en una antigua estación de ferrocarril, diseñada por Víctor Laloux con motivo de la Exposición Universal de 1900. Entre sus fondos, las más conocidas obras de la pintura impresionista francesa, post-impresionista y de art nouveau. El reloj de estación es muy impresionante y se accede a él desde la terraza del restaurante.
Pasamos por la zona de las galerías de antigüedades y rarezas del Carré Rive Gauche (unas 120).
Siguiendo el Sena, un conjunto de dos edificios clásicos, sorprende por su armonía, El Institut de France con el Pont des Arts y el Hôtel des Monaies.
Tomando la calle Bonaparte, encontraremos la recién restaurada Escuela Nacional de Bellas Artes con su mediateca y el salón acristalado, una interesante visita:
Continuamos por la Rue Bonaparte,... mi amigo Pedro me hizo referencia a los que, en su opinión, son las mejores macarrons del mundo, las de Ladurée, una pastelería que se encuentra al continuación de la librería anterior, en el cruce de Bonaparte con Jacob.
¿Qué hacer ?: Probar un “macaron” de caramelo a la mantequilla salada en Ladurée
En el nº 27, la Librairie de L´Abbaye-Pinault esconde obras importantes y un escaparate con muestras epistolares con firmas como las de Verlaine o Prous.
Llegamos al Boulevard St. Germain, al Café Les Deux Magots, donde solían encontrarse Verlaine, Mallarmé y Rimbaud.
Muy cerca, Café de Flore en el nº 172, uno de los lugares más míticos de la ciudad. En su interior, en la mesa central escribía Simone de Beauvoir. En el nº 166, La Rhumerie, otro de los bistrots literarios de París y la Brasserie Lipp, en el 151, restaurante y cervecería.
¿Qué hacer?: Pedir un chocolate caliente en el Café de Flore o, si lo preferís, ir a La Coupoule y sentarnos en sus bancos rojos. Cenar en la Brasserie Lipp , en la planta baja, seguramente muy cerca de algún famoso. O también, gastarnos 80 Euros en un pollo asado con patatas paja para dos en L’Ami Louis
Saint-Germain-des-Près fue la más prestigiosa y antigua abadía benedictina de París. Su importante scriptorium del s XI fue el centro de la vida intelectual francesa hasta que fue disuelto durante la Revolución.
También, relativamente cerca, en el 17 de la Rue des Écoles se encuentra el Breakfast in America, un original "dinner" con nombre de disco LP de Supertam. Buen desayuno con tortitas y beicon.
A través de la Rue de L´Abbaye, se llega a la Rue Furstemberg y a la plaza del mismo nombre, un lugar elegido por vicente Minelli para rodar escenas de su película Gigi. En la plaza se encuentra el estudio del pintor Delacroix, aunque sus obras están en St. Sulpice y en el Louvre.
Nos dirigirnos, a continuación, a la plaza de la iglesia de Saint Sulpice con su característica Fuente, en la que abundan los cafés y las terrazas.
¿Qué hacer?: no os olvidéis de visitar la Iglesia de Saint Sulpice si queréis recordar las aventuras de “El Código Da Vinci”
En el nº8 de la Rue Cherche Midi, se encuentra la panadería Poilâne, que hace las galletas "punitions" .
Nos dirigimos, ahora, al Jardin et Palais du Luxembourg, animado parque urbano que se prolonga con los jadines y la fuente del Observatorio. En un espacio apartado, se encuentran las famosas fuentes de Leda y de Medecis.
¿Qué hacer?: Jugar con los barcos en miniatura en el gran estanque en los Jardines de Luxemburgo. Tras esto, terminar de leer una novela en una de las, a veces tan difíciles de encontrar, sillas verdes de los Jardines
Continuamos este paseo en la Montaña Ste. Geneviève donde se ubica el barrio de las escuelas y universidades. Lo primero que nos encontramos es la Chapelle de la Sorbonne y y el edificio de la Universidad, fundada en 1253. También merecen la pena: Le Collége de France, La Facultad de Derecho Assas y El Liceo de Henri IV con la Tour de Clovis.
El Panteón de Paris es un templo que Luis XIV encargó construir a Jacques-Germain Soufflot y alberga los restos de algunos de los personajes más ilustres de Francia: Victor Hugo, Voltaire, Marie Curie... Es espectacular el péndulo gigantesco suspendido de un cable de acero de 67 m que conmemora el experimento de Foucault para probar la rotación de la tierra.
No dejar de visitar el interior de La Iglesia de San Esteban del Monte con una arquitectura muy espectacular. Especialmente, su "jubé", una galería elevada y transversal entre el coro y la nave de las iglesias. Servía para leer los Evangelios
Subimos por la calle Descartes a la famosa Rue Mouffetard, muy pintoresca y fotografiada. Es de esas calles llenas de sonido, con la algarabía de sus mercados, restaurantes y tiendas de comestibles.
Los patios, jardines y fuentes de la Gran Mezquita de París de 1926, en pleno Barrio Latino, se inspiraron en La Alhambra.
Tiene, además de la mezquita, un salón de té, un restaurante y un hamman decorado con mosaicos tradicionales. Los edificios se organizan alrededor de pequeñas tiendas y de bellos jardines.
¿Qué hacer?: Se puede saborear un té de menta en la Mezquita, bajo un techo de madera de cedro, rodeado de un exuberante vegetación y comprar nuestro té preferido en Mariage Frères
Para finalizar este paseo, nos dirigimos a Galería de Mineralogía y Geología del Museo Nacional de Historia Natural y al sorprendente Jardin des Plantes (uno de los más hermosos y menos conocidos de la ciudad), que incluye la Gran Galería de la Evolución (especies disecadas y restos prehistóricos) y la Ménagerie. El jardín fue inaugurado por Luis XIII en 1626.
La creación del Jardin des Plantes se debe a dos médicos del rey Luis XIII, Jean Hérouard y Guy de la Brosse, que decidieron cultivar plantas medicinales y establecer un lugar de estudio para los botánicos.
Regresando hacia el centro de Paris por el Quai Saint-Bernard debemos admirar el Instituto del Mundo Árabe , a la altura del Pont de Sully . Se trata de un impresionante edificio de Jean Nouvel, donde se entremezclan elementos árabes modernos y tradicionales, con otros occidentales. Dispone de numerosas aperturas de sensibilidad fotoeléctrica integradas en las paredes de cristal, inspiradas en las celosías de madera, que consiguen dar una sensación de luz mediterránea en el interior del edificio.
También, muy cerca, se encuentra el Restaurante La Tour d´Argent , enfrente del Pont de la Tourmelle, uno de los restaurantes míticos de la ciudad que desde hace muchos años ofrece la mejor gastronomía francesa. El restaurante se inauguró en 1582 y por él pasaba Henry IV atraído por el excelente paté de garza.