25 febrero 2019

Una pequeña crónica de los JJOO de Barcelona 92

Los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, la XXV Olimpíada,  supusieron un éxito sin precedentes del deporte español con 22 medallas conseguidas, de las cuales 13 fueron para deportistas y equipos que conquistaron el título de campeón olímpico.  Muy lejos en el tiempo, pero muy cercanas  en el recuerdo, quedan aquellas palabras del entonces Presidente del Comité Olímpico Internacional, D. Juan-Antonio Samaranch:  "Habéis hecho los mejores Juegos de la historia..."



Los Juegos, conforme a sus objetivos, ayudaron a difundir el prestigio de Barcelona y de España, así como a conformar una sociedad más abierta y moderna, más transigente, más dialogante y algo más feliz... y... así lo fue, al menos durante algunos días.



Las miles de personas involucradas sentían realmente depositada en sus manos la esperanza de un país entero, sabían que se confiaba en ellos, que se les pedía que no fallasen.  Quiero hacer especial mención a los 4.200 voluntarios y a los 4.880 periodistas acreditados (pertenecientes a 1.700 medios de comunicación), que, con su trabajo, contribuyeron de forma definitiva al éxito de Barcelona 92.




Recojo unas palabras de D. José-Miguel Abad, Consejero Delegado del COOB 92: " Se supo convertir el trabajo en placer, la relación en afecto, la debilidad en fuerza, las dificultades en estímulo, el conjunto del proyecto en una verdadera pasión.  Tal vez por eso salió tan bien."

Habíamos conseguido algunas de las 3.092.000 entradas que se vendieron para el acontecimiento y dedicamos dos días a disfrutar de este enorme espectáculo.  Fueron los apasionantes últimos días, plagados de finales y emociones.

Fuimos por la mañana, en Montjuic, al Palau Sant Jordi para ver la final femenina de balón-mano. El ambiente es impresionante y sus protagonistas son los seguidores del equipo noruego, finalista junto con el de Corea del Sur.


 
Descubrimos el recién inaugurado Palau, de arquitectura muy vanguardista que llama la atención por su luminosidad y acústica.  El partido..., fue muy disputado cy acabó on victoria de las coreanas sobre las noruegas, por 28 a 21.





















Nos llamó mucho la atención la elegancia de la ceremonia de entrega de las medallas. 




En el exterior hace mucho calor y algunas personas se refrescan en las fuentes , mientras otras curiosean entre la variada oferta de los vendedores de "pies"





Por la tarde, nos dedicamos a realizar un recorrido por Montjuic y el Estadio Olímpico, destacando la llamativa
Torre Calatrava de telecomunicaciones y el pebetero olímpico, que encendió el arquero Antonio Rebollo en el trascurso de la ceremonia de apertura.



















Aprovechamos la oportunidad para visitar el Museo Miró y disfrutar con su pintura y escultura.



Presenciamos la semifinal de waterpolo entre Estados Unidos e Italia, los dos equipos estuvieron muy igualados, imponiéndose el juego de Italia por 9 frente a 8 del rival.  Al día siguiente, Italia disputó la final y consiguió el oro frente a España (plata), también por 9 a 8.  El partido, muy recordado por todos los seguidores de este deporte fue un ejemplo de juego duro y artimañas del equipo italiano.



El día siguiente es el gran día de las finales en el Estadio Olímpico y en el Camp Nou.  Un día caluroso y húmedo de agosto que arrancamos por la mañana con la prueba de maratón. 



El estadio estaba abarrotado y las pantallas gigantes daban imágenes y comentarios sobre el desarrollo de la prueba por las calles de Barcelona.  De pronto, se anuncia la llegada al recinto del primero en la carrera, el coreano H. Young.  El estadio estalló en aplausos y allí estaba Young, quién ganó la maratón en un tiempo de 2h 13m 23s.





En el estadio hay una actividad inusitada que es muy difícil de seguir, de repente una jabalina atraviesa el centro del coliseo, alguien está saltando altura a nuestra derecha, al otro lado se salta con pértiga... de vez en cuando se ven carreras de atletismo en el anillo...


Toda esta actividad se paraliza de repente, los altavoces anuncian el primer plato fuerte de la tarde, es la final femenina de relevos 4 por 100.  Se hace el silencio absoluto, se oye la señal del juez de salida y presenciamos una carrera espectacular que ganó el equipo de Estados Unidos en 42,11 seg., seguidas por Equipo Unificado (ex-URSS) y Nigeria.





Más emoción todavía en la final de hombres, también de relevos 4 por 100, con un último relevo espectacular de Carl Lewis, quien no había competido en la prueba individual de los 100 m al no clasificarse en su país. Estas fueron las mejores fotografías que pude hacer con mi Minolta desde el asiento en que me encontraba:





    






































Otro momento apoteósico, la final de 1.500 m en la que participa el soriano Fermín Cacho. Voy a utilizar las propias palabras que escribió Fermín sobre esta carrera, en la que ganó el oro:

" Mi mente no percibía otra cosa que no fuera el correr.  Era una calculadora precisa de mis fuerzas, Ya solo faltaban 200 metros para conseguir mi sueño y estaba colocado en el grupo de cabeza. No me lo podía creer. En aquel momento me dije a mí mismo: - Fermín ataca y cuélate por donde puedas-.  Justo delante de mí tenía a un grandioso atleta keniata que había conseguido estar en tres finales consecutivas, Joseph Chesire. En un momento determinado vi que este atleta, al sentirse atacado por su derecha, me abrió un pequeño hueco por el interior.  Dije: - ese es mi hueco y la puerta que me abre el camino a mi gran sueño - .  En aquel momento apreté los dientes y esprinté con fuerzas hasta la meta.  Conseguí unos metros de ventaja sobre mis rivales y ante el estruendo del público mi mente, concentrada, comenzó a reaccionar y darse cuenta de que había conseguido mi sueño dorado"  

El Rey esperó hasta el final de los 1.500 m y salió con su comitiva hacia el Nou Camp, donde se celebraba la final de fútbol, con participación de España.  Nosotros hicimos lo mismo, un taxista nos llevó hasta el estadio del Barça.  Llegamos justo en el descanso, Polonia iba ganando a España por 1-0 al final del primer tiempo.

Presenciamos una gran segunda parte con remontada del joven conjunto español y, sobre todo, vivimos la ilusión del famoso gol de Kiko en el último minuto que significaba un 2-3 y la medalla de oro olímpica para nuestra selección.  Así lo vio mi cámara desde la grada:








Estaban resultando unos días inolvidables, siempre he pensado que hay que aprovechar cada oportunidad para estar presente cuando se está haciendo historia.  Mis viajes me han demostrado que cada nuevo lugar en el que te encuentras te expone a una oportunidad que nunca podrías haber disfrutado si no te encontrases ahí en ese momento.

Y el espectáculo final, la Ceremonia de Clausura, una ceremonia memorable, digna de la más encantadora noche de verano. El cierre de años y años de trabajo intenso para todos los que hicieron realidad este proyecto.  El espectáculo fue, en una palabra, impresionante:

     
                           
Un broche final de lujo para unos días inolvidables, y que espero guste a los seguidores de este blog



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